Rubby Pérez, una de las figuras más emblemáticas del merengue dominicano, perdió la vida en la madrugada del martes durante el derrumbe de la discoteca Jet Set en San Cristóbal, República Dominicana. Su cuerpo fue recuperado entre los escombros, confirmó Juan Manuel Méndez, director del Centro de Operaciones de Emergencias (COE). La tragedia, que dejó al menos 113 muertos, enluta a la música tropical, que despide a uno de sus máximos exponentes.
Nacido como Roberto Antonio Pérez Herrera el 8 de marzo de 1956 en Haina, Rubby soñaba con ser beisbolista, pero un accidente a los 15 años —cuando un auto lo atropelló y le fracturó una pierna— lo alejó del deporte y lo acercó a la música. Su potente voz lo llevó a unirse a la orquesta de Wilfrido Vargas, donde popularizó éxitos como «El africano» y «Cuando estés con él». En 1986, emprendió su carrera solista, consolidándose como «La voz más alta del merengue» con temas inolvidables como «Volveré», «Sobreviviré» y «De color de rosa», la canción que interpretaba minutos antes del derrumbe.
Últimos días y reconocimientos
Pérez estaba en plena actividad artística. El 14 de febrero lanzó su último sencillo, «No voy a llorar», y tenía programados conciertos en Estados Unidos. Además, el 25 de marzo recibió el Soberano al Mérito, uno de los premios más importantes de su país, donde repasó sus grandes éxitos ante un Teatro Nacional emocionado.
Artistas como Wilfrido Vargas, Milly Quezada y Elvis Crespo expresaron su dolor en redes sociales. Vargas escribió: «Estoy destrozado. El mejor cantante que ha dado el género (…) se nos acaba de ir». Quezada lo llamó «un icono de la música dominicana», mientras Crespo destacó «la genialidad de su sonido natural».
El presidente Luis Abinader decretó tres días de duelo nacional, con la bandera a media asta. Mientras República Dominicana llora a las víctimas, la música tropical pierde a una leyenda cuya voz seguirá vibrando en cada nota de merengue.