Rosa Icela Rodríguez asiste al funeral del papa Francisco por México

Por Juan Pablo Ojeda

 

En un gesto cargado de simbolismo y relevancia diplomática, la secretaria de Gobernación de México, Rosa Icela Rodríguez, arribó este viernes a la Ciudad del Vaticano para asistir al funeral del papa Francisco, programado para mañana sábado 26 de abril en la Plaza de San Pedro. La funcionaria, designada por la presidenta Claudia Sheinbaum como representante oficial del gobierno mexicano, llevará las condolencias del pueblo y del Ejecutivo nacional en un evento que reúne a más de 180 delegaciones internacionales, incluidos 50 jefes de Estado y 10 monarcas.

Rodríguez, acompañada por Clara Luz Flores, titular de la Unidad de Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación, y el embajador de México ante la Santa Sede, Alberto Barranco, participó en los actos previos al funeral, incluyendo el homenaje al pontífice en la Puerta de la Plegaria de la Basílica de San Pedro. En un mensaje publicado en la red social X, la secretaria expresó: “Con las condolencias de la Presidenta @Claudiashein, después del último adiós al Papa Francisco, a nombre del pueblo y @GobiernoMXen la Puerta de la Plegaria de la Basílica de San Pedro, Ciudad del Vaticano, con el embajador @ABarrancoChy @claraluzflores”.

El papa Francisco, fallecido el 21 de abril de 2025 a los 88 años tras sufrir un ictus cerebral y un fallo cardiocirculatorio, dejó un legado imborrable en México, un país con cerca de 98 millones de católicos, el segundo con mayor población católica del mundo después de Brasil. Su conexión con la Virgen de Guadalupe, a la que dedicó palabras entrañables en un video compartido recientemente por la presidenta Sheinbaum, resonó profundamente en la identidad cultural y espiritual mexicana. En dicho mensaje, el pontífice destacó: “Ustedes, mexicanos, tienen una gran suerte, la señora, la Guadalupana, la madre de Dios por quien se vive, no lo olviden”.

La decisión de Sheinbaum de no asistir personalmente al funeral y enviar a Rodríguez en su representación ha generado debate en México. Mientras algunos sectores aplauden la continuidad de la agenda interna de la presidenta, otros, como voces en X, critican la ausencia de la mandataria en un evento de tal magnitud, argumentando que refleja una prioridad electoral sobre la diplomacia internacional. Sin embargo, la elección de Rodríguez, la funcionaria de mayor rango en el gabinete y responsable de la relación con las iglesias, subraya la importancia que el gobierno otorga a este acto, especialmente en un país donde el 77% de la población profesa el catolicismo, según el censo del INEGI 2020.

El funeral del papa Francisco, que comenzará a las 10:00 horas (3:00 horas, tiempo del centro de México), no solo será un rito religioso, sino una cumbre geopolítica. Líderes como Donald Trump, Javier Milei, Luiz Inácio Lula da Silva, Emmanuel Macron, Volodímir Zelenski y Ursula von der Leyen estarán presentes, en un contexto de tensiones globales como la guerra arancelaria y conflictos regionales. La seguridad en Roma ha alcanzado niveles extraordinarios, con 4,000 policías, francotiradores, sistemas antidrones, aviones Eurofighter y un destructor en la costa de Fiumicino, reflejo de la magnitud del evento.

Para México, la presencia de Rosa Icela Rodríguez no solo es un acto de condolencia, sino una oportunidad para reafirmar su posición en la diplomacia global y su vínculo con el Vaticano, una relación históricamente compleja pero fortalecida durante el papado de Francisco. El pontífice, conocido por su defensa de los pobres y su crítica al libre mercado, compartía afinidades ideológicas con el proyecto de la Cuarta Transformación, como destacó Sheinbaum al calificarlo de “humanista”. Rodríguez, en sus declaraciones, enfatizó que llevará al Vaticano el sentir de un pueblo que vio en Francisco “un líder religioso y social fuera de serie”.

Tras el funeral, el féretro de Francisco será trasladado a la Basílica de Santa María Mayor, donde será sepultado, rompiendo con la tradición de los entierros en las grutas vaticanas. Mientras tanto, en México, el gobierno y la sociedad continúan rindiendo homenaje al legado del papa, cuya muerte ha unido a católicos y no católicos en un momento de reflexión colectiva.

Conclusión

La participación de Rosa Icela Rodríguez en el funeral del papa Francisco es un acto de alto valor simbólico y político. En un México profundamente católico, la representación oficial en el Vaticano refuerza los lazos con la Santa Sede y proyecta la presencia del país en un escenario global. Sin embargo, la ausencia de Sheinbaum también abre preguntas sobre las prioridades diplomáticas del gobierno, en un momento donde la fe, la política y la identidad nacional se entrelazan.

 

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