Por Bruno Cortés
Morena está jugando con fuego y podrían quemarse», advirtió el senador Ricardo Anaya Cortés, del Partido Acción Nacional, durante la sesión en la que se discutía una polémica reforma constitucional. La propuesta, impulsada por Morena y sus aliados, busca que ciertas reformas a la Constitución no puedan ser impugnadas legalmente, lo que ha generado fuertes críticas de la oposición.
Anaya no se anduvo con rodeos. Desde la tribuna lanzó una advertencia clara: “Están queriendo imponer una reforma que elimina cualquier recurso legal ante posibles violaciones constitucionales”. Para él, la gravedad de esta medida es que dejaría al país sin posibilidad de defenderse ante abusos que podrían surgir de una mayoría malintencionada. «Están quitándole al Poder Judicial la posibilidad de intervenir, y eso es peligrosísimo», subrayó.
La reforma que propone Morena implicaría que, si se aprueba una modificación a la Constitución, no habría amparos, acciones de inconstitucionalidad ni controversias constitucionales que pudieran revertir o frenar esas decisiones. En otras palabras, una vez hecho el cambio, no habría vuelta atrás, ni recurso legal posible.
Ricardo Anaya planteó varios ejemplos para ilustrar lo grave que esto podría ser. Imagina que en una votación para reformar la Constitución no se alcanza la mayoría calificada (que es lo mínimo necesario para que sea válida), pero aún así se canta la victoria. Con la reforma de Morena, no habría manera de impugnar esa votación. «Hoy ustedes están en el poder, pero cuando ya no lo estén, ¿quién podrá frenar los abusos?», cuestionó Anaya.
Según Anaya, este movimiento de Morena está motivado por un enfrentamiento con el Poder Judicial. Morena ha tenido roces constantes con la Suprema Corte de Justicia, especialmente después de que esta última tumbara algunas de las reformas más controvertidas del actual gobierno, como la electoral. «Lo que ustedes están haciendo es inventarse una solución que en lugar de curar al paciente, lo va a matar», advirtió el senador panista, refiriéndose a la reforma.
Anaya también recordó que casi la mitad de los mexicanos no votaron por Morena. “El 46% del país no votó por ustedes. No pueden pretender que tienen el mandato de todo el pueblo”, señaló. Esta reforma, según el senador, ignora a una gran parte de la ciudadanía y pone en riesgo el equilibrio de poderes en México.
Para Anaya, lo más alarmante de esta reforma es que quedaría plasmada en la Constitución, lo que significa que sus efectos perdurarían incluso cuando Morena ya no esté en el poder. «Hoy ustedes dicen que no van a abusar, pero esto va más allá de sus estatutos. Va a quedar para cualquier futuro gobierno», alertó.
El senador recordó que figuras como Bolsonaro en Brasil o Trump en Estados Unidos llegaron al poder cuando nadie lo esperaba, y dejó en claro que lo que hoy parece controlable, mañana podría ser usado por gobiernos con intenciones mucho más peligrosas.
Los senadores de Morena, encabezados por Adán Augusto López y Ricardo Monreal, defienden la reforma diciendo que lo que buscan es agilizar los cambios constitucionales y evitar que los tribunales bloqueen reformas que ya fueron aprobadas democráticamente. Según ellos, el actual sistema judicial permite que una pequeña minoría frene decisiones que han sido avaladas por la mayoría, y la reforma evitaría que eso siga ocurriendo.
Sin embargo, para Anaya, esta es una “solución esquizofrénica” que, en lugar de resolver problemas, crearía otros mucho más graves. Según él, están cegados por su conflicto con el Poder Judicial y no están viendo las implicaciones a largo plazo. «México no merece pagar los platos rotos de su pleito», sentenció.
El debate sigue abierto y lo que está en juego no es menor. Esta reforma podría cambiar la forma en que se gobierna el país, limitando la capacidad de los ciudadanos y las instituciones para frenar posibles abusos de poder. Anaya fue claro: «Hoy estamos debatiendo no solo una reforma, sino el futuro de nuestra democracia». Lo que decida el Senado en los próximos días marcará un antes y un después en la política mexicana.