Por Bruno Cortés
El debate sobre el sector energético en México está en plena efervescencia, y el diputado federal Ricardo Mejía Berdeja, del PT, no tiene dudas de que las reformas constitucionales recientes están marcando un antes y un después. Estas modificaciones a los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución no solo refuerzan el control estatal sobre Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), sino que también son parte de una estrategia más amplia liderada por la presidenta Claudia Sheinbaum.
El propósito de estas reformas es claro: asegurar la soberanía energética del país y fomentar el uso de energías limpias que beneficien a la población y respeten el medio ambiente. “El panorama energético global está cambiando, y México está buscando redefinir su papel”, dice Mejía Berdeja. La idea es dejar atrás un modelo neoliberal que, según él, ha favorecido a empresas extranjeras a expensas del desarrollo nacional.
Para el legislador, es fundamental que Pemex y la CFE sean consideradas como empresas públicas cuyo objetivo principal sea servir a la población, no solo como “empresas productivas del Estado”. Esto implica que, aunque las empresas privadas podrán participar en el sector energético, deberán hacerlo bajo condiciones que prioricen el interés público y eviten caer en prácticas corruptas.
Mejía Berdeja también menciona los avances que ha hecho el Gobierno Federal para posicionar a México como un líder en energías renovables. La construcción de la planta fotovoltaica más grande de América Latina, que contará con tres millones de paneles solares, es un ejemplo de este compromiso. “El reto es grande, pero esperamos que estas acciones no solo coloquen a México en el mapa regional, sino que lo proyecten globalmente”, subraya.
Además, resalta la ventaja que tiene el país al contar con una presidenta experta en cambio climático, lo que le da a México una posición privilegiada para tomar decisiones clave sobre su futuro energético. “No es casualidad que estas reformas vayan de la mano con una visión ambientalista que ha sido parte del discurso de Sheinbaum desde antes de su llegada a la Presidencia”, añade.
Las reformas, según Mejía Berdeja, van más allá de simplemente incrementar la intervención del Estado en el sector energético. El nuevo artículo 25 promueve la inversión privada, pero siempre asegurando que el Estado mantenga su responsabilidad de garantizar un suministro energético competitivo y sostenible. Además, el impulso del «nearshoring», que busca atraer empresas al país, forma parte de una estrategia más amplia para capitalizar la posición geopolítica de México en la región norteamericana.