El baño convencional, aunque práctico, es uno de los mayores consumidores de agua en nuestros hogares, desperdiciando entre 36 y 78 litros por persona al día solo en descargas. Frente a esta problemática, emerge el baño seco como una solución sostenible y eficiente, capaz de convertir los desechos humanos en composta sin utilizar una sola gota de agua.
Según la Organización Mundial de la Salud, una persona debería consumir un máximo de 100 litros de agua al día para cubrir todas sus necesidades, incluyendo la higiene personal, la cocina, y el consumo directo. El baño seco, al no requerir agua para funcionar, se presenta como una alternativa ideal para reducir significativamente este consumo.
El funcionamiento del baño seco es simple: se utilizan materiales como aserrín o cobertura vegetal para cubrir los desechos tras su uso, lo que facilita su transformación en composta. Este proceso no solo previene la contaminación del agua, sino que también recicla los desechos para enriquecer la tierra.
Para quienes cuentan con espacio en casa, la instalación de una compostera es un complemento perfecto para el baño seco. Esta puede dividirse en dos cámaras de un metro cúbico cada una, donde los desechos se descomponen y reducen su volumen en un 70%, resultando en tierra fértil apta para jardinería.
Para los habitantes de apartamentos o casas sin espacio para composteras, la empresa WCEco ofrece una solución práctica. Proporcionan un servicio de baño seco que incluye la recolección y compostaje de los desechos, transformándolos en fertilizante para reforestaciones.
El uso del baño seco es una forma eficaz de contribuir a la sostenibilidad ambiental y la conservación de recursos hídricos, mostrando que es posible vivir de manera más ecológica sin sacrificar la comodidad. Este sistema no solo es viable para casas individuales, sino también para comunidades enteras que buscan reducir su impacto ambiental.