La reventa se ha convertido en uno de los grandes males de los eventos deportivos y el Gran Premio de México de la Fórmula 1 no ha podido escapar de ello a pesar del uso de diversos candados y plataformas para tratar de garantizar la mejor venta de boletos al público directo.
La euforia por el piloto mexicano Sergio ‘Checo’ Pérez llevó a que los boletos se agotaran en menos de 40 minutos cuando salieron a la venta, pero como en otros eventos la reventa se logró apoderar de algunos.
Los boletos de la zona azul, ubicada al final de la recta principal y que presencian la largada, uno de los momentos clave de la competencia, tienen un precio oficial desde los 7,400 pesos hasta los 9,900 pesos por los tres días de competencia.
En la reventa los boletos de la misma zona han alcanzado un nivel inesperado. Una entrada para el sábado tiene un costo de 10 mil pesos, mayor a la serie de tres días. El boleto para el domingo se ofrece en 30 mil pesos por persona, lo que es incluso más caro que la serie de tres días de la zona verde, las gradas ubicadas enfrente de la zona de los pits, donde el valor máximo es de 27 mil pesos.
Algunos revendedores ofrecen la posibilidad de acompañarte hasta la puerta para asegurarte de la validez de tu entrada dada la alta cantidad de boletos falsificados que se encuentran en estos eventos.
Las plataformas en línea también son otros sitio donde las entradas están a la venta. En algunos grupos de F1 están prohibidas y los administradores retirar esos mensajes y expulsan a quien los publica como una forma de castigo, pero la plataforma de Marketplace funcionó. Cuando CIE, empresa promotora se enteró de algunos de estos casos emprendió acciones sobre los revendores para tratar de erradicar el problema.
La carrera de México logró ayer su mejor viernes con más de 108 mil personas asistiendo y esperan sobrepasar el récord de las 371 mil personas de la edición anterior.