Ciudad de México, 29 de enero de 2024 – En un giro inesperado en el caso del asesinato del candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio, la Fiscalía General de la República (FGR) ha sacudido el sistema judicial mexicano con nuevas revelaciones. La FGR afirma tener evidencias concluyentes de la implicación de un segundo tirador, Jorge Antonio Sánchez, un agente del Cisen, en el crimen perpetrado el 23 de marzo de 1994.
Según la FGR, las pruebas presentadas incluyen la presencia de sangre de Colosio en la ropa de Sánchez, pruebas de rodizonato que indican que disparó un arma y testimonios que lo ubican huyendo del lugar del asesinato. Sin embargo, estas pruebas fueron desestimadas por el Juez Quinto de Distrito de Procesos Penales Federales, Jesús Alberto Chávez Hernández, en una decisión que la Fiscalía califica de parcial y contraria a los principios de análisis de pruebas.
Lo más sorprendente es la conexión del caso con Genaro García Luna, exsecretario de seguridad y actualmente preso en Estados Unidos por narcotráfico. La Fiscalía señala directamente a García Luna, quien en aquel entonces era subdirector operativo del Cisen, de haber encubierto a Sánchez, liberándolo tras su detención.
La FGR ha expresado su intención de apelar el fallo y confía en que el Poder Judicial Federal actúe con justicia, dada la gravedad del delito. Este caso no solo busca justicia para Luis Donaldo Colosio, sino que también pone en evidencia las posibles complicidades y fallos dentro del sistema judicial y de seguridad del país.
En un desarrollo paralelo y emotivo, Luis Donaldo Colosio Riojas, hijo de Colosio y actual alcalde de Monterrey, ha pedido al presidente Andrés Manuel López Obrador indultar a Mario Aburto Martínez, asesino confeso y único detenido por el caso. Colosio Riojas solicita además que su padre no sea utilizado con fines políticos, marcando un momento de reflexión en la política mexicana.
Este caso, que ha mantenido en vilo a la nación durante tres décadas, parece estar lejos de su conclusión, manteniendo abierta la herida en el corazón de la política y la justicia mexicana.