Reunión histórica entre el FBI y México: Se entrega a 29 criminales vinculados al narcotráfico

Por Juan Pablo Ojeda

 

El director del Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI, por sus siglas en inglés), Kash Patel, recibió este viernes al secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de México, Omar García Harfuch, en las instalaciones del FBI, en una reunión que marcó un hito en la colaboración entre ambos países. El encuentro se da en el contexto de la histórica entrega de 29 personas, entre ellas varios líderes de grupos criminales dedicados al narcotráfico, incluidos Rafael Caro Quintero y los hermanos Miguel Ángel y Óscar Omar Treviño Morales, exlíderes del temido grupo Los Zetas.

A través de sus redes sociales, el FBI destacó la importancia de este gesto de cooperación internacional, calificando la deportación de estos 29 individuos como un paso clave para fortalecer la alianza en la lucha contra el crimen organizado y la búsqueda de justicia. Entre los extraditados, ocho de ellos estaban en la mira del gobierno estadounidense por sus vínculos con el narcotráfico y otros delitos graves.

En la imagen compartida por el FBI, se aprecia a Harfuch junto a Patel y Francisco Almazán Barocio, director general del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), quienes discutieron el futuro de esta cooperación bilateral. Esta reunión se produjo después de que el 27 de febrero las autoridades mexicanas entregaran a las autoridades estadounidenses a los 29 criminales, en un discreto operativo que sorprendió a muchos.

En conferencia de prensa, Harfuch explicó que la entrega fue una “decisión del Gabinete de Seguridad”, asegurando que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, no tuvo participación en el proceso. También se defendió de las críticas, especialmente las del expresidente Donald Trump, quien había sugerido que la entrega de los criminales tenía como objetivo hacerle un favor a su gobierno. Harfuch destacó que la decisión fue tomada por razones de seguridad nacional, debido a que existían preocupaciones de que algunos de los extraditados pudieran ser liberados en México.

Por su parte, Sheinbaum respaldó la decisión, asegurando que no se tomó para “hacer feliz a Donald Trump” ni por presiones externas. En su conferencia matutina del 6 de marzo, la mandataria subrayó que esta entrega respondía a la protección y seguridad de México, reiterando que el país mantiene su soberanía y no toma decisiones bajo presiones extranjeras.

Este acto representa un avance en la relación bilateral en términos de seguridad y justicia, fortaleciendo los lazos entre México y Estados Unidos en su lucha conjunta contra el crimen organizado, mientras se mantiene la autonomía y soberanía de las decisiones mexicanas.

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