CDMX a 19 de noviembre, 2022.- La Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), primera que se realiza fuera de Estados Unidos, comenzó hoy con enardecidos ataques a los gobiernos de México, Venezuela, Cuba, Nicaragua y otros progresistas.
El cónclave de los ultraconservadores se desarrolla hasta mañana en el exclusivo hotel Westin, de Santa Fe, la zona más acaudalada de Ciudad de México, pero bien lejos de las expectativas creadas al no asistir los más connotados líderes derechistas, quienes se limitaron a mensajes videograbados.
Eduardo Verástegui, ultraderechista actor de tv que representa a lo más rancio del catolicismo, es el representante en México de la CPAC y anfitrión de una reunión que líderes del partido Morena consideran una provocación y han denunciado que buscan en este país una plataforma para extenderse a la región.
El líder del derechista Partido Acción Nacional de México, Marko Cortés, y otros dirigentes, participan en la cita de cófrades.
Hubo oradores tan poco creíbles como Steve Bannon, exasesor de Trump, Christoper Landau, exembajador de Estados Unidos en México, Ted Cruz, senador estadounidense, Salvador Abascal, del español VOX, y Alejandro Giammattei, presidente de Guatemala, quienes desilusionaron a Verástegui por no asistir y hablar a distancia.
La lista de ultras la completan Eduardo Bolsonaro, hijo del aún presiden de Brasil derrotado por Lula, el polaco Lech Walesa, el excandidato a la presidencia chilena José Antonio Kast, y el diputado argentino Javier Milei, de La Libertad Avanza.
En la inauguración, Verástegui reveló la idea principal de la reunión neofascista de frenar el avance progresista en América comenzando por México.
No nos quedaremos con los brazos cruzados, amenazó, y dijo sin ningún pudor que CPAC es una oportunidad idónea para que los conservadores mexicanos y los que nos visitan compartan estrategias e ideas para combatir el socialismo que se apodera del continente, añadió.
Bannon, líder ideológico del ultraconservadurismo, centró su mensaje en acusaciones contra Joe Biden y alertas de que México busca el voto electrónico para robar las elecciones como sucedió en Brasil donde “investigarán” la derrota de Bolsonaro.
Mientras dentro del lujoso hotel se escuchaban esas barbaridades, fuera se concentraron decenas de antifascistas mexicanos en rechazo a una reunión que nada tiene que ver con México, y exigir a sus participantes que se fueran a otro lugar a deponer sus retrógradas ideas.