Los retos virales, esos desafíos o pruebas que se popularizan en las redes sociales, se han convertido en un fenómeno de gran impacto en la sociedad digital actual. A menudo, estos retos parecen ser juegos inofensivos entre amigos, pero en realidad pueden convertirse en situaciones de gran riesgo, especialmente para los adolescentes.
Los retos virales son impulsados por la necesidad de los jóvenes de llamar la atención, demostrar su creatividad y sentir un sentido de pertenencia a la comunidad virtual.
Sin embargo, la impulsividad y la falta de consideración de las consecuencias, características comunes en los adolescentes debido a su cerebro aún en desarrollo, pueden llevar a situaciones peligrosas.
Existen retos virales que han causado daños graves e incluso la muerte. Algunos de los más conocidos incluyen el «In My Feelings Challenge», que incita a bajarse de un coche en marcha y bailar, el desafío de las cápsulas de detergente Tide, el juego de la asfixia, el desafío del «apagón», el desafío de la canela, o el desafío de la sal y el hielo.
Otros retos virales peligrosos incluyen el «Coronavirus Challenge», que consiste en lamer inodoros públicos, y el reto de desaparecer durante 48 horas, causando angustia y preocupación en familiares y amigos.
Los retos virales circulan constantemente por Internet, propagándose a la velocidad de la luz a través de redes sociales y herramientas de mensajería. Aparecen y desaparecen rápidamente, dejando a su paso un número enorme de víctimas.
Es crucial que los padres y educadores estén conscientes de estos desafíos y comprendan por qué atraen a los adolescentes. Es importante iniciar conversaciones con los jóvenes sobre los riesgos de estos retos, fomentar la habilidad de calcular el riesgo y promover un uso responsable, inteligente y respetuoso de las redes sociales.