En Monterrey, Nuevo León, una lluvia torrencial del 27 de agosto de 2024 convirtió las calles en verdaderos ríos, desatando una situación de emergencia que culminó en un dramático rescate. En la intersección de las avenidas Bernardo Reyes y Ruiz Cortines, una familia con un bebé quedó atrapada en un taxi debido a las intensas inundaciones que siguieron a una lluvia de poco más de 30 minutos.
El vehículo, inmovilizado por la creciente corriente de agua, obligó a los pasajeros y al taxista a abandonar el taxi y buscar refugio. La acción rápida de un conductor de camioneta, quien se detuvo para ofrecer ayuda, permitió trasladar a la familia a un lugar seguro mientras el taxista permanecía en la zona, esperando que la situación mejorara.
La llegada de las autoridades de Protección Civil de Monterrey fue crucial para acordonar el área y prevenir otros posibles incidentes. Este dramático episodio subraya la fragilidad de Monterrey frente a fenómenos climáticos extremos y la vital importancia de una respuesta rápida y efectiva en emergencias. La comunidad y las autoridades se enfrentan al desafío de prepararse para futuros eventos climáticos severos y garantizar la seguridad de todos los ciudadanos.