Monterrey, una de las ciudades más modernas y hermosas de México, amaneció hoy como una caldera del Diablo con 42 grados Celsius que achicharra a los regiomontanos.
La Dirección de Protección Civil del estado emitió una alerta por la fuerte canícula y advirtió a los habitantes de la bella urbe que no salgan si no es imprescindible y tomen todas las medidas del caso porque las altas temperaturas se mantendrán como mínimo hasta el domingo.
El director de la dependencia Erik Cavazos, precisó que fue detectada para los próximos días una de las ondas de calor más fuerte que haya impactado en este año, y estamos hablando de temperaturas de 40 a 42 grados.
Hay que evitar exponerse al sol mínimo entre las 11:00 y las 16:00 hora local, que es cuando esta onda puede afectar más a todo el territorio regiomontano, indicó al tiempo que recomendó utilizar bloqueador solar para proteger la piel.
También exhortó a la población a cuidar a los adultos mayores y a los bebés, usar ropa clara y evitar hacer ejercicio al aire libre. Otra de las recomendaciones fue mantenerse hidratado, es decir, tomar agua, aunque no se tenga sed. Hizo un llamado a proteger a las mascotas.
El intenso calor se hace más angustioso por la terrible sequía que azota a la región hace varios meses y que ha desatado una verdadera guerra por el agua. Hay barrios de Monterrey que reciben dos horas de agua a la semana y con poca fuerza en las tuberías.
Por otra parte, y tras actos de violencia y vandalismo a diversas instalaciones de Agua y Drenaje, el gobierno de Nuevo León emitió una declaratoria en la cual advierte es delito grave la afectación de la infraestructura destinada al abastecimiento de agua potable a la población.
Se recuerda que el pasado viernes fueron incendiados 18 tubos destinado a llevar agua del Río Ramos, en el municipio de Allende, hacia Monterrey, debido a la oposición de alguna gente a auxiliar a sus compatriotas de la capital estatal.
Con motivo de la intensa y prolongada sequía agravada por la ola de calor, el ejército y la Fuerza Aérea emplean el avión King Air para “bombardear” las nubes y estimular lluvias, al tiempo que numerosos camiones-cisterna reparten agua en las zonas más afectadas.