En una reciente conferencia matutina, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, abordó la situación de seguridad en Acapulco, señalando cambios en la operación de grupos criminales tras el paso del huracán Otis en octubre pasado. Autoridades federales confirmaron que, si bien inicialmente hubo una disminución en la delincuencia y homicidios tras el desastre natural, la recuperación del puerto ha visto un repunte en los delitos.
Durante la sesión informativa, funcionarios destacaron que ha surgido una confrontación entre grupos criminales en la zona, evidenciada por un cambio en su modus operandi. Anteriormente, el uso predominante de armas de fuego ha dado paso a métodos más violentos como el uso de armas blancas, en respuesta al incremento de efectivos de la Guardia Nacional desplegados en la región.
Ante esta situación, se anunció la convocatoria al comandante de la Región de la 27 Zona Militar con sede en Acapulco, así como a la Guardia Nacional, para coordinar una estrategia estatal que fortalezca la seguridad en las áreas con mayor incidencia delictiva.
En los últimos días, el estado de Guerrero ha registrado seis homicidios, concentrados en el periodo desde el sábado 6 de julio, según el informe de la Comisión Nacional de Seguridad. Aunque no se reportaron asesinatos el domingo y lunes siguientes, la situación ha generado preocupación y acciones inmediatas por parte de las autoridades para contener y reducir la violencia en la región.