Nuevo Leon, 1 de marzo de 2024.- En un movimiento audaz por parte del Gobierno de Nuevo León, la refinería de Cadereyta ha sido oficialmente clausurada esta mañana tras su negativa a colaborar con la Secretaría del Medio Ambiente. Esta medida se toma en respuesta a la obstrucción del acceso al equipo de la Secretaría y a la evidente contaminación atmosférica que afecta la salud de la población local.
La clausura se llevó a cabo conforme a la suspensión ordenada por la Juez Segunda en Materia Administrativa, después de que la refinería se negara a permitir la inspección necesaria para cumplir con los requisitos ambientales. Alfonso Martínez Muñoz, secretario de Medio Ambiente de Nuevo León, había advertido previamente que Petróleos Mexicanos (Pemex), operador de la refinería, debería presentar pruebas de que sus operaciones no contaminaban el ambiente. De lo contrario, enfrentarían una auditoría ambiental.
Esta decisión surge tras meses de debate público sobre el impacto ambiental de la refinería, con llamados incluso del gobernador Samuel García Sepúlveda para su cierre gradual y reubicación. El gobierno estatal busca demostrar que la planta es la principal fuente de contaminación en el estado, con el objetivo de mejorar la calidad del aire y proteger la salud de sus ciudadanos.
A pesar de la suspensión provisional obtenida por Pemex el 9 de febrero, que permitía continuar las operaciones de la refinería, se esperaba que la empresa demostrara su cumplimiento con las normas ambientales nacionales e internacionales. Sin embargo, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha defendido la refinería, negando su vinculación con la contaminación en el área metropolitana de Monterrey y señalando a las empresas privadas como las verdaderas responsables de la mala calidad del aire.