Por Juan Pablo Ojeda
Un estudio reciente ha revelado una inquietante correlación entre el tiempo excesivo en redes sociales y un mayor riesgo de trastornos alimentarios en niños y adolescentes. Publicado en la revista Eating and Weight Disorders, el estudio muestra que cada hora adicional de tiempo frente a la pantalla o en plataformas sociales puede incrementar significativamente la probabilidad de desarrollar síntomas relacionados con los trastornos alimentarios en un plazo de dos años.
Los síntomas observados incluyen preocupaciones excesivas sobre el aumento de peso, vinculación de la autoestima con el peso corporal, y comportamientos desordenados como los atracones, ejercicio excesivo, restricción de calorías, vómitos, uso de píldoras diuréticas, laxantes y píldoras para adelgazar. El Dr. Jason Nagata, profesor asociado de pediatría en la Universidad de California, San Francisco (UCSF) y autor principal del estudio, explicó que «las redes sociales fomentan comparaciones constantes y la exposición a ideales corporales inalcanzables».
«Esto puede llevar a una insatisfacción con la imagen corporal, una reducción en la autoestima y comportamientos malsanos para controlar el peso, todos factores que aumentan el riesgo de desarrollar trastornos alimentarios y otros problemas de salud mental», agregó Nagata en un comunicado de prensa de la UCSF.
El estudio se basó en datos de casi 12,000 niños de entre 9 y 14 años recolectados entre 2016 y 2020. Los resultados sugieren que tanto el uso promedio como el uso problemático de las redes sociales y el tiempo frente a las pantallas están asociados con un mayor riesgo de trastornos alimentarios.
En respuesta a estos hallazgos, Nagata recomienda que los adolescentes limiten su exposición a redes sociales que promuevan trastornos alimentarios y comparaciones de apariencia. Asimismo, sugiere que los padres desempeñen un papel crucial al establecer planes familiares para el uso de medios digitales y mantener conversaciones abiertas sobre los riesgos asociados con el uso problemático de pantallas y los trastornos alimentarios.
El estudio destaca la necesidad urgente de supervisar y regular el uso de redes sociales entre los jóvenes para mitigar los efectos adversos sobre la salud mental y el bienestar general.