Por Bruno Cortés
En una sesión que más parecía un ring de boxeo que una cámara legislativa, el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para 2025 fue aprobado entre insultos, acusaciones y una tensión palpable. Con un monto total de 9 billones 302 mil 015.8 millones de pesos, este documento crucial para la gestión del país fue enviado al Ejecutivo para su publicación, pero no sin dejar un reguero de controversias y críticas.
La aprobación del PEF 2025 no fue un paseo por el parque; con 353 votos a favor y 128 en contra, quedó claro que la división entre los diputados es más que evidente. La oposición, con el puño en alto, denunció a gritos los recortes al Poder Judicial y al Instituto Nacional Electoral (INE), argumentando que estas tijeras presupuestales podrían ser el detonante para unas elecciones judiciales de baja calidad y una merma en la seguridad electoral.
El recorte de más de 14 mil millones de pesos al Poder Judicial, incluyendo al Consejo de la Judicatura Federal y al Tribunal Electoral, ha encendido las alarmas. ¿Cómo se puede garantizar la justicia y la democracia con tan poco dinero? Mientras tanto, el INE, encargado de velar por la limpieza de los procesos electorales, se enfrenta a un recorte de 13 mil 476 millones de pesos, lo que representa un -33.29% menos para asegurar el voto ciudadano. La oposición no se cansa de señalar que estos ajustes podrían ser el inicio de una crisis electoral.
No sólo eso, otros órganos autónomos como el INAI y el IFT también vieron sus bolsillos más flacos con recortes del -49.70% y -70.24% respectivamente. En educación, la joya de la corona, la UNAM, recibió un duro golpe con una reducción de 5 mil 360.1 millones de pesos, poniendo en jaque la formación de las nuevas generaciones. Y en salud, aunque no se hable de recortes directos, la ausencia de incrementos en un momento de crisis sanitaria es un recorte en sí mismo.
El ambiente en la Cámara de Diputados fue de todo menos diplomático. Acusaciones de irresponsabilidad y falta de transparencia volaron por doquier, con algunos diputados a punto de llegar a los puños, demostrando que en política mexicana, el drama no se queda en las telenovelas.
La pregunta ahora es: ¿Cómo afectarán estos recortes la seguridad y la política en México? Con menos recursos para el INE, ¿podemos confiar en unas elecciones justas? Y con el Poder Judicial en aprietos, ¿cómo se garantizará la justicia y el orden? Este presupuesto no sólo define números, sino el futuro de la democracia y la seguridad en nuestro país.