Por Berenice Perez
En la jornada electoral del 2023-2024, los funcionarios de casilla han desempeñado un papel absolutamente esencial. Desde la fase inicial de preparación y configuración de las casillas hasta el momento crucial de contar y publicar los resultados, su presencia ha sido el pilar fundamental que garantiza la transparencia y el respeto en todo el proceso electoral.
Estos ciudadanos, elegidos aleatoriamente, han asumido responsabilidades cruciales que van desde la preparación y la instalación de las casillas hasta la vigilancia activa durante la votación, el conteo meticuloso de boletas, el llenado de actas y la integración del paquete electoral. Cada una de estas funciones representa un eslabón vital en la cadena de integridad del proceso electoral.
La importancia de los funcionarios de casilla no solo radica en su papel operativo, sino también en su función como garantes de la transparencia y el respeto. Su presencia activa y su compromiso con el cumplimiento imparcial de las normativas electorales contribuyen significativamente a generar confianza en los ciudadanos respecto a la equidad y la fiabilidad del proceso de votación.
Además, la participación de estos ciudadanos sorteados sirve como un poderoso símbolo del compromiso de la sociedad con los principios democráticos y el ejercicio de los derechos políticos. Al representar a la ciudadanía en general, los funcionarios de casilla encarnan la diversidad y la pluralidad de la sociedad, fortaleciendo así la legitimidad del proceso electoral.
Aunque su labor no está remunerada, los funcionarios de casilla reciben capacitación y apoyo por parte del Instituto Nacional Electoral (INE) y los Capacitadores Asistentes Electorales (CAE). Esta capacitación les proporciona los conocimientos y las habilidades necesarias para desempeñar sus funciones de manera efectiva, lo que a su vez contribuye al éxito global del proceso electoral.
En resumen, los funcionarios de casilla son verdaderos pilares de la democracia, cuya participación activa y compromiso con la integridad del proceso electoral son fundamentales para asegurar la transparencia, el respeto y la legitimidad de las elecciones del 2023-2024. Su dedicación y sacrificio son un testimonio elocuente del espíritu cívico y democrático de la sociedad mexicana.