La idea de renunciar al azúcar para muchos parece impensable. Es el ingrediente por excelencia de casi todos los postres y dulces que más nos gustan. Pero ¿es necesario eliminarlo completamente de nuestro cuerpo? ¿Y qué pasará si efectivamente lo hacemos?
Uno de los alimentos sobre el que los nutricionistas suelen advertir es el azúcar. Los beneficios de eliminarlo de la dieta diaria incluyen la reducción de la presión arterial, niveles más saludables de grasa e insulina y un mejor proceso digestivo.
Pero ¿qué le pasa al organismo si lo eliminamos completamente?
Beneficios de eliminar el azúcar de la dieta
Perder peso
Es importante distinguir entre dos tipos de azúcar: el natural y el artificial. El primero es el que está en las frutas y verduras, y que aportan beneficios como vitaminas y nutrientes que nuestro cuerpo necesita para mantenerse saludable.
El otro tipo, artificial, como el azúcar blanco, el moreno y edulcorantes artificiales está en grandes cantidades en buena parte de los productos procesados, como galletas y snacks, y no aportan ninguna clase de beneficio a nuestro cuerpo. Cada 100 gramos de estos tipos de azúcares se consumen unas 400 calorías.
Por esto, reducir o eliminar los productos con azúcar artificial definitivamente te hará perder peso.
¿Rejuvenecer?
El azúcar en exceso envejece nuestra piel más rápido. A través de la glicación, que es una reacción química espontánea entre las proteínas de la piel (colágeno, elastina) y el azúcar (glucosa) de la sangre, la piel pierde firmeza y envejece de forma más veloz.
Por eso, el descenso del consumo del azúcar puede ayudar a obtener una apariencia más joven y más sana en la piel.
Reducir el riesgo a la diabetes
Uno de los mayores riesgos de consumir grandes cantidades de azúcar es contraer diabetes. Esta enfermedad es crónica y aunque tiene tendencias hereditarias, puede aparecer también ante el exceso de glucosa, que causa hiperglucemia, lo que dificulta la producción de insulina (hormona necesaria para la utilización de los depósitos de energía corporales) y esto a largo plazo produce daños en los ojos, riñones, nervios, corazón y vasos sanguíneos.
La reducción del consumo de azúcares reduce las posibilidades de contraer dicha enfermedad.
Dormir mejor
Aquellos que tienen problemas de sueño se sorprenderán con este punto. Si bien el insomnio puede deberse a diversos factores, la alimentación no es un asunto menor.
Aunque cenar una comida rica en azúcares puede hacernos sentir somnolientos ya que el nivel de glucosa sanguíneo inhibe la acción de las orexinas (hormonas producidas por unas neuronas localizadas en la región cerebral del hipotálamo que regulan el estado de vigilia, provocando adormecimiento), comer demasiado azúcar durante el día puede generar una sobreactivación cerebral que hará que en la noche sea difícil conciliar el sueño.
En otros casos, también, hace que la persona logre dormirse pero despertando de manera intermitente durante la noche. ¿La respuesta? No comas tanto azúcar artificial durante el día.
Algunos alimentos que sí pueden ayudarte a dormir son el pescado azul, los huevos, legumbres, la avena, el arroz integral, ajo, hígado, frutos secos, almendras y los lácteos.
Más energía
El azúcar artificial en el cuerpo produce inflamación, y cuando se elimina el cuerpo se encuentra más ligero y saludable. Esto hace que tu energía aumente y te sientas más despierto, concentrado y enérgico.
Tips para dejar el azúcar
Deja las bebidas azucaradas. Las bebidas con azúcar no llenan de igual modo que las comidas, y puedes consumir sin cansarte muchísimo azúcar a través de jugos o gaseosas. Reemplazar estas bebidas por agua o limonada es una excelente forma de ingerir menos azúcar a diario.
Lee las etiquetas de los alimentos que compras. El azúcar está presente en toda clase de alimentos, no solamente en los dulces. Las compañías de alimentos tienen muchos nombres para nombrar la glucosa, por ejemplo: jarabe de maíz con alta fructuosa, azúcar o jugo de caña, maltosa, dextrosa, azúcar invertido, jarabe de arroz, melaza y caramelo. Por ello, presta atención a cuál es el grado de estos ingredientes en el próximo alimento que vayas a comprar.