El linfoma es un tipo de cáncer que afecta el sistema linfático, una red compuesta por ganglios, vasos y conductos linfáticos que forman parte fundamental del sistema inmunitario del cuerpo. Según la Secretaría de Salud, en México, el linfoma es el sexto cáncer más común, solo detrás del cáncer de mama, cérvico uterino, de pulmón, próstata y colon.
Existen dos tipos principales de linfoma: el linfoma de Hodgkin, caracterizado por la presencia de células de Reed-Sternberg, y el linfoma no Hodgkin, que engloba una variedad de linfomas que surgen de linfocitos B o T. Aunque esta enfermedad puede desarrollarse a cualquier edad, ciertos grupos, como personas con sistemas inmunodeprimidos o enfermedades autoinmunes, son más vulnerables.
Síntomas y diagnóstico temprano
El síntoma más común del linfoma es el agrandamiento de los ganglios linfáticos, que puede notarse en áreas como el cuello, axilas o ingle. Otros signos incluyen fiebre persistente, pérdida de peso significativa, sudores nocturnos y fatiga severa. Ante cualquier sospecha, es esencial realizar una biopsia para confirmar el diagnóstico.
Tratamientos y pronóstico
El tratamiento del linfoma suele incluir quimioterapia, quimioinmunoterapia o terapias dirigidas. Aunque el pronóstico es favorable en muchos casos, la detección temprana es clave para mejorar las posibilidades de remisión.