En la efervescencia de las redes sociales, una tradición ha comenzado a florecer con especial vigor al inicio de la primavera. Este 21 de marzo de 2024, miles de personas en México se preparan para celebrar una tradición que, aunque inspirada en una canción, ha trascendido las barreras del entretenimiento para convertirse en un símbolo de amor, amistad y alegría: el regalo de flores amarillas.
Popularizada por la canción «Flores amarillas» de Floricienta, esta práctica ha visto un resurgimiento gracias a la plataforma TikTok, donde usuarios de todas las edades comparten su entusiasmo y preparativos para este día especial. La canción, lanzada en 2004, expresa el deseo de recibir flores amarillas desde la infancia, una metáfora de la inocencia y la esperanza que ha encontrado eco en el corazón de la audiencia moderna.
El acto de regalar flores amarillas no es arbitrario; conlleva un profundo significado dependiendo del contexto en el que se obsequian. Para algunos, estas flores son un símbolo de amor romántico, una promesa de vida compartida con esa persona especial. Para otros, representan la solidez de la amistad, el reconocimiento a logros personales y profesionales, o simplemente, la pura alegría de vivir. En todos los casos, el color amarillo irradia una energía positiva, un faro de luz y felicidad en la vida de quienes las reciben.
Esta tendencia no se limita a México. Países como Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Paraguay, Uruguay, Brasil y Ecuador también se han sumado a esta celebración, aunque en estos lugares se lleva a cabo el 21 de septiembre, marcando el inicio de la primavera en el hemisferio sur. Esto demuestra cómo una simple canción ha podido unir a diversas culturas en torno a la belleza y el simbolismo de las flores amarillas.
La popularidad de esta tradición en el ámbito digital ha servido como recordatorio de cómo las redes sociales pueden actuar como un catalizador para la difusión de costumbres positivas y unificadoras, trascendiendo fronteras y generaciones. A medida que nos acercamos al 21 de marzo, las floristerías se preparan para una demanda sin precedentes, y las calles se teñirán de amarillo, en un tributo a la amistad, el amor y la alegría de vivir.