Un reciente estudio realizado por investigadores de la Universitat Pompeu Fabra en Barcelona ha descubierto que ciertas bacterias intestinales pueden aumentar el riesgo de desarrollar trastornos alimentarios compulsivos y obesidad. Presentado en la reunión de la Federación de Sociedades Europeas de Neurociencia y publicado en la revista Gut, la investigación encontró una fuerte relación entre el microbioma intestinal y los hábitos alimentarios.
En el estudio, tanto en ratones como en humanos propensos a comer en exceso, se encontraron niveles similares de dos tipos de bacterias en sus microbiomas: una perjudicial del grupo Proteobacteria y otra beneficiosa llamada Blautia del filo Bacillota. Aumentar la cantidad de Blautia en los intestinos de los ratones ayudó a prevenir el desarrollo de comportamientos alimentarios adictivos.
Rafael Maldonado, jefe del Laboratorio de Neurofarmacología-NeuroPhar y autor principal del estudio, destaca que estos resultados pueden llevar a la identificación de nuevos biomarcadores para la adicción a los alimentos. Además, se podrían desarrollar tratamientos que incluyan el uso de bacterias beneficiosas y suplementos dietéticos. Prebióticos como la lactulosa y ramnosa, que aumentan la cantidad de Blautia, también mostraron efectos protectores.
Elena Martín-García, autora del estudio y profesora asociada de la Universitat Pompeu Fabra, subraya la importancia de sus hallazgos, ya que demuestran que Blautia puede proteger contra la adicción compulsiva a la comida. No obstante, aclara que múltiples factores causan esta adicción, caracterizada por la pérdida de control sobre la ingesta de alimentos y asociada con la obesidad.
El equipo de investigación analizará si aumentar los niveles de Blautia en ratones con trastornos alimentarios puede normalizar sus hábitos de alimentación. Si esto resulta exitoso, se planea un ensayo para probar si ajustar el microbioma humano puede ayudar a revertir la incapacidad de controlar la alimentación.
La investigación resalta que aunque los microbios intestinales han sido vinculados a la obesidad y a trastornos de salud mental como la ansiedad y la depresión, su papel en los trastornos alimentarios ha sido considerado recientemente. Se necesita más investigación científica para sacar conclusiones concretas.