Por Juan Pablo Ojeda
El queso es un alimento reconocido por su alto contenido de proteínas, vitaminas, sales minerales y grasas fácilmente digeribles, lo que lo convierte en un complemento nutricional beneficioso para la salud. Sin embargo, ciertos tipos de queso pueden tener implicaciones negativas en la salud cognitiva, especialmente si se consumen de manera excesiva.
Uno de los trastornos más preocupantes en la salud pública es el deterioro cognitivo, que afecta a millones de personas a nivel mundial. En México, se estima que alrededor de 1.3 millones de personas padecen Alzheimer, enfermedad que afecta principalmente a personas mayores de 65 años. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay cerca de 60 millones de personas afectadas por trastornos cognitivos globalmente, con una mayor prevalencia entre las mujeres.
En este contexto, algunos estudios recientes han comenzado a vincular el consumo de ciertos tipos de queso, especialmente los ultraprocesados, con un mayor riesgo de deterioro de la memoria y enfermedades cerebrovasculares.
Quesos ultraprocesados: un riesgo para la salud cognitiva
Los quesos ultraprocesados, como aquellos que vienen envueltos individualmente o los untables, contienen aditivos como el diacetilo, una enzima utilizada para mejorar el sabor. Este compuesto ha sido vinculado con efectos negativos sobre la memoria y la salud cerebral. El diacetilo se encuentra también en otros alimentos procesados, como aceites vegetales, palomitas de maíz y algunos productos lácteos.
El problema con los quesos ultraprocesados radica en su contenido de grasas saturadas y aditivos químicos que pueden alterar la salud intestinal. Dado que se ha demostrado que el intestino y el cerebro están profundamente conectados, una digestión inadecuada puede afectar la función cerebral. Los especialistas sugieren que los quesos menos procesados y bajos en grasas saturadas son una mejor opción para quienes buscan mantener una mente saludable.
El impacto del diacetilo en la salud
El diacetilo es una sustancia química amarillenta que se utiliza para darle sabor a productos alimenticios, y aunque se encuentra naturalmente en algunos productos lácteos como la manteca, el queso y la leche, es en su forma procesada donde sus efectos se hacen más notorios. Cuando se inhala en grandes cantidades, el diacetilo puede causar una condición pulmonar conocida como «pulmón de palomitas de maíz», un trastorno grave que afecta los pulmones y las vías respiratorias.
Aunque los quesos procesados no suelen generar un daño inmediato al ser consumidos, el abuso de estos productos podría desencadenar efectos a largo plazo, no solo en la salud pulmonar sino también en la función cognitiva.
Recomendaciones para un consumo saludable
Es fundamental ser consciente del tipo de queso que consumimos, ya que no todos los quesos tienen el mismo impacto en la salud. Los quesos frescos y menos procesados, como el queso cottage o el queso panela, son opciones más saludables debido a su menor contenido de grasas saturadas y aditivos. El consumo esporádico de quesos ultraprocesados puede ser una opción dentro de una dieta equilibrada, pero es importante no exagerar en la cantidad.
Los expertos coinciden en que el consumo moderado de alimentos frescos, combinados con una dieta rica en frutas, verduras y grasas saludables, es la clave para mantener un cerebro activo y saludable.