Todo viaje se ve acompañado de la gastronomía típica del lugar visitado. En la ciudad de Durango, un destino que es de por sí una extensa obra de arte, su gastronomía es un verdadero festín.
Durango está construido sobre una vasta riqueza gastronómica llena de nostálgicos recuerdos. Aquí, la variedad de productos y la abundancia de ganado son factor para que, al mezclar diversos ingredientes del campo, se creen sabores que dan vida a magníficos platillos tradicionales, en donde la cocina se mezcla con la magia de la naturaleza y las más antiguas costumbres.
La cultura gastronómica del Valle del Guadiana, en el cual está asentada la ciudad de Durango, desde su fundación estuvo condicionada por factores que le confirieron cualidades que, a través de tres siglos, se mantuvieron y se convirtieron en parte del patrimonio cultural de la ciudad. La abundancia de ganado, el aislamiento recurrente y el clima extremo, son los factores que explican la arraigada tradición en el consumo de carne, tanto fresca como seca; el gusto por los lácteos, desde el más sencillo jocoque, pasando por los asaderos caseros, así como la afición por el queso añejo proveniente de los valles serranos del estado, y de manera más reciente, los quesos producidos en las colonias de menonitas que en la primera mitad del siglo XX se asentaron en el territorio estatal.
O qué decir de las conservas caseras que van de lo dulce a lo salado, las mermeladas, las cajetas, los tornachiles, los orejones de frutas y las hortalizas, así como los chiles secos, entre los que destaca el chile pasado, ingrediente esencial para la preparación del Caldillo Durangueño, el platillo típico por excelencia.
Todos estos sabores y aromas son siempre acompañados por el maíz, base de la cultura alimentaria mexicana, y que en Durango, su más importante variación se encuentra en las tradicionales gorditas las cuales, rellenas de alguno de los innumerables guisos, son el deleite de propios y extraños.
Las conservas de frutas y verduras, presentes en las casas durangueñas, en su momento fueron importantes para sortear los sitios de los que la ciudad fue objeto casi desde su fundación hasta finales del siglo XIX. Desde entonces la cocina tradicional durangueña ha conservado su carácter y sazón.
Disfruta de nuestra excelente gastronomía, en la ciudad encontrarás un sinfín de opciones, que van desde nuestra cocina tradicional, antojitos, cortes, así como cocina internacional y de especialidad.
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