La colonia Juárez de la Ciudad de México se ha convertido en el epicentro de una creciente tensión entre sus habitantes y un numeroso grupo de migrantes que buscan refugio en sus espacios públicos. Este miércoles, un grupo de vecinos organizó una protesta para exigir la reubicación de más de 500 migrantes que han hecho de la plaza Giordano Bruno y alrededores su lugar de descanso, solicitando a las autoridades federales y locales soluciones habitacionales adecuadas para estas personas provenientes de Haití, El Salvador, Venezuela, entre otros países.
Los manifestantes acusaron a la Secretaría de Gobernación y al Instituto Nacional de Migración (INM) de ignorar las demandas que han planteado por más de dos años. Ana González, representante de los vecinos, destacó que se han enviado múltiples solicitudes a altos funcionarios sin recibir más que evasivas como respuesta, evidenciando una falta de coordinación efectiva entre las entidades responsables de atender esta compleja situación.
La falta de atención no solo ha afectado la calidad de vida de los migrantes, quienes enfrentan condiciones insalubres e inadecuadas en las calles, sino también la convivencia en la colonia, afectando la seguridad y el bienestar de sus residentes. Los vecinos expresaron su frustración mediante carteles y cánticos, exigiendo la liberación de las plazas públicas y un trato digno tanto para los migrantes como para los habitantes de la zona.
La situación se agrava al considerar la cercanía de estos espacios a instituciones clave como la Secretaría de Gobernación y la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), lo que subraya la ironía de la falta de soluciones pese a la proximidad física a los órganos gubernamentales encargados de la política migratoria.
La comunidad de la colonia Juárez clama por una mayor coordinación entre el gobierno de la Ciudad de México y el federal, instando a la creación de albergues adecuados que permitan a los migrantes esperar sus trámites en condiciones dignas, respetando su derecho a la seguridad y la higiene, y al mismo tiempo, recuperar la tranquilidad y el orden en los espacios públicos del barrio.