El consumo adecuado de proteínas es esencial para mantener una vida activa y saludable en la vejez. Este macronutriente no solo es una fuente importante de aminoácidos esenciales necesarios para la reparación de tejidos, la salud ósea, y el fortalecimiento del sistema inmunológico, sino que también ayuda a conservar la masa muscular, crucial en los adultos mayores. Al combinar proteínas en una dieta equilibrada, se puede promover una mejor calidad de vida para las personas de la tercera edad.
Alimentos como el huevo, el pollo, y la carne roja son excelentes fuentes de proteínas que, en las cantidades adecuadas, pueden mejorar la fuerza, la movilidad, la energía y contribuir al control del peso. Por ejemplo, la carne roja proporciona hierro de fácil absorción, fundamental para la producción de glóbulos rojos y el transporte de oxígeno en el cuerpo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que la alimentación de los adultos mayores sea equilibrada y adaptada a sus necesidades individuales, combinando una dieta saludable con ejercicio diario.
El Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM) advierte que muchas afecciones comunes en la vejez, como el sobrepeso y la falta de movilidad, son consecuencia de dietas inadecuadas y de una insuficiente actividad física. Para prevenir estos problemas, es crucial garantizar la seguridad alimentaria y el acceso a productos nutritivos y seguros.
Para asegurar que los adultos mayores consumen la cantidad adecuada de proteínas y otros nutrientes, se recomienda consultar a un especialista. Un profesional de la salud puede realizar una evaluación personalizada y diseñar planes de alimentación adaptados a las necesidades y preferencias individuales, considerando el bienestar general y el nivel de actividad física de cada persona.
Incorporar proteínas en la dieta diaria no tiene por qué ser complicado. Herramientas como el “Plato del Bien Comer” pueden ser útiles para seleccionar alimentos de cada grupo nutritivo. Pequeños cambios, como añadir un huevo al desayuno, elegir un yogur como snack o incluir una porción de carne blanca o magra en la cena, pueden marcar una gran diferencia en la salud y bienestar de los adultos mayores.