En un giro dramático que ha sacudido a Corea del Sur, el presidente Yoon Suk-Yeol se vio obligado a dar marcha atrás en su intento de imponer la ley marcial, apenas cinco horas después de haberla declarado. Este episodio ha dejado al país en un estado de conmoción y ha puesto de manifiesto las tensiones políticas que hierven bajo la superficie de una de las democracias más estables de Asia.
Todo comenzó en la madrugada del 4 de diciembre, cuando Yoon sorprendió a la nación con un anuncio televisado declarando la ley marcial. El presidente justificó esta medida drástica alegando la necesidad de proteger al país de «fuerzas comunistas» y «elementos antiestado». Sin embargo, la reacción fue inmediata y contundente.
Miles de ciudadanos salieron a las calles en protesta, desafiando las restricciones impuestas. La imagen de 2,000 personas reunidas frente a la Asamblea Nacional, gritando «¡Viva la República de Corea!», se convirtió en el símbolo de la resistencia popular.
En un movimiento sin precedentes, el Parlamento surcoreano se reunió de emergencia y votó unánimemente (190 votos a 0) para rechazar la declaración de ley marcial. Esta acción demostró la fuerza de las instituciones democráticas del país y su capacidad para actuar como contrapeso al poder ejecutivo.
Quizás lo más sorprendente fue la reacción del propio partido de Yoon. El Partido del Poder Popular, liderado por Han Dong-hoon, se distanció rápidamente de la decisión del presidente, calificándola de «ilegal e inconstitucional». Este abandono político dejó a Yoon prácticamente aislado.
Ante la presión abrumadora, Yoon no tuvo más remedio que ceder. En una reunión de emergencia con su gabinete, el presidente anunció el levantamiento de la ley marcial, apenas cinco horas después de haberla impuesto.
Este episodio ha dejado cicatrices profundas en la política surcoreana. La oposición, liderada por el Partido Democrático, ha acusado a Yoon de utilizar tácticas autoritarias y de perseguir a su líder, Lee Jae-myung, quien se perfila como favorito para las elecciones de 2025.
Mirada internacionalLa comunidad internacional observó con preocupación estos eventos. Estados Unidos, aliado clave de Corea del Sur, hizo un llamado a respetar la decisión del Parlamento y resolver los conflictos de manera pacífica.
Este incidente ha puesto de manifiesto las tensiones subyacentes en la política surcoreana y ha demostrado la fortaleza de sus instituciones democráticas. Sin embargo, también ha dejado interrogantes sobre la estabilidad política del país y el futuro del gobierno de Yoon Suk-Yeol.