CDMX a 9 de abril, 2024.- El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha intensificado su condena contra la irrupción de la Policía de Ecuador en la Embajada de México en Quito, un acto que tuvo lugar el pasado 5 de abril. Esta acción, descrita por el mandatario como un asalto y una violación de la soberanía mexicana, ha llevado a la administración López Obrador a prepararse para llevar el caso ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), en un claro mensaje que resuena fuerte y claro: «A México se le respeta».
Durante su habitual conferencia de prensa matutina, López Obrador señaló la actitud de las autoridades ecuatorianas, bajo el liderazgo del presidente Daniel Noboa, como una afrenta no solo a México sino a los principios de respeto y soberanía entre naciones. «No somos colonia de ningún país extranjero», afirmó López Obrador, sugiriendo que detrás de la acción de Ecuador podría estar el respaldo de otras potencias mundiales.
En un giro revelador, el presidente mexicano anunció la publicación de imágenes y videos captados durante el asalto a la sede diplomática, describiendo la intervención como «autoritaria y vil». Estas pruebas visuales, según López Obrador, serán clave en la argumentación de México frente a la CIJ, donde el país busca presentar «este triste caso» y aspira a una resolución rápida y favorable.
Por otro lado, el presidente ecuatoriano Daniel Noboa defendió la acción de su gobierno argumentando la necesidad de proteger la seguridad nacional y el estado de derecho, además de preservar la dignidad de un pueblo que, según él, «rechaza cualquier tipo de impunidad». Noboa describió las medidas tomadas como «decisiones excepcionales», necesarias ante las circunstancias que enfrentaba su país.
Este conflicto diplomático no solo ha tensado las relaciones entre México y Ecuador, sino que también ha captado la atención internacional, destacando la importancia de las normas y convenios internacionales que rigen las relaciones entre estados y la inviolabilidad de las sedes diplomáticas.
Con este caso llegando a la CIJ, el escenario está listo para un enfrentamiento legal que pondrá a prueba no solo la resiliencia de las relaciones diplomáticas en América Latina, sino también la eficacia de los mecanismos internacionales para resolver disputas entre naciones soberanas. México, bajo la firme dirección de López Obrador, se prepara para defender su postura en el más alto nivel, reafirmando su soberanía y demandando respeto en el ámbito internacional.