Por Bruno Cortés
En un foro reciente organizado por el diputado Francisco Javier Sánchez Cervantes (Morena) y la Unión de Jóvenes por México, se discutieron los desafíos que enfrenta el país en cuanto a la recaudación de impuestos en un contexto de alta corrupción. Aunque, a primera vista, puede parecer que hablar de impuestos y corrupción son temas muy lejanos para el ciudadano promedio, lo cierto es que están muy ligados a la vida diaria de todos.
Sánchez Cervantes, en su intervención, recordó que durante la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, así como en la actual administración de Claudia Sheinbaum, se han implementado reformas clave para combatir la corrupción en sectores clave del gobierno. Desde cambios en el Poder Judicial hasta la desaparición de ciertos órganos autónomos, pasando por la cancelación de las facturas electrónicas que eran una fuente de corrupción, estas medidas buscan revertir prácticas que antes favorecían a ciertos grupos a costa del dinero público.
Una de las consecuencias de estas reformas, y de la lucha constante contra la corrupción, ha sido un aumento significativo en la recaudación de impuestos. Para ponerlo en perspectiva: en 2024, el gobierno recaudó nada menos que 4.9 billones de pesos, una cifra histórica. ¿Qué significa esto para todos? Más dinero para financiar programas sociales que realmente benefician a la gente, desde pensiones hasta becas y apoyos directos para quienes más lo necesitan.
Sánchez Cervantes destacó que antes, bajo regímenes previos, las prácticas corruptas hacían que el sistema de recaudación fuera más ineficiente, con muchas fugas de recursos, y que los programas sociales no tuvieran el impacto que deberían haber tenido. En contraste, con las reformas actuales y un gobierno que pone el combate a la corrupción como prioridad, la recaudación se ha elevado, lo que permite una redistribución más justa de los recursos.
De hecho, el diputado subrayó que la corrupción no solo afecta a los más pobres, sino que está presente en todos los niveles de la sociedad. A menudo, los actos corruptos son más visibles en los trámites burocráticos que todos tenemos que hacer: desde la policía hasta los servicios públicos. Pero la corrupción también está muy presente en los niveles altos de poder, donde a veces pasa desapercibida debido a las lagunas legales que permiten que unos pocos se beneficien de decisiones políticas que no benefician al pueblo.
El enfoque que está promoviendo la presidenta Claudia Sheinbaum es erradicar esta corrupción desde su raíz, con medidas que buscan no solo limpiar las instituciones, sino también mejorar la eficiencia del sistema tributario. Así, más personas pueden beneficiarse de un sistema de justicia más equitativo y de programas sociales que sí funcionan, algo que no se lograba cuando la corrupción estaba tan arraigada.
Este tipo de políticas, según el diputado, no solo han sido clave para la estabilidad financiera del país, sino que están permitiendo un cambio real en la manera en que el gobierno se relaciona con los ciudadanos. Gracias a este enfoque, México está avanzando hacia un futuro más justo, donde la recaudación no solo se ve como un simple número, sino como un motor para la justicia social.