Finlandia es reconocida como el país más feliz del mundo, gracias a sus altos ingresos, libertad, esperanza de vida saludable, apoyo social y generosidad. Sin embargo, los expatriados que viven allí tienen una perspectiva muy diferente. Según la encuesta Expat Insider de InterNations, Finlandia ocupa el tercer lugar entre los peores países para vivir si eres extranjero.
¿Por qué los expatriados no disfrutan de la vida en este «paraíso»? Los testimonios apuntan a varios factores clave: el alto costo de vida, la dificultad para integrarse socialmente, y un mercado laboral competitivo y limitado para extranjeros. Muchos se quejan de que, sin hablar finés, es casi imposible conseguir empleo, incluso en empresas donde el idioma oficial es el inglés.
Otro gran obstáculo es el idioma. Finlandia es conocida por ser uno de los países más complicados para aprender la lengua, lo que afecta las amistades y las oportunidades laborales. Los expatriados también describen a los finlandeses como «poco tolerantes con los extranjeros», lo que hace difícil la formación de círculos sociales.
Además, el gobierno finlandés ha implementado políticas que complican aún más la vida de los expatriados, como una ley que obliga a los trabajadores extranjeros a encontrar un nuevo empleo en tres meses si desean mantener su residencia en el país.
Pese a la brecha entre el índice de felicidad general y la percepción de los expatriados, este contraste revela que las experiencias diarias de los foráneos difieren significativamente de las de los locales, especialmente en temas de integración social y acceso a oportunidades laborales.