Por Bruno Cortés
Este domingo 29 de septiembre, los miembros del Partido Acción Nacional (PAN) en el Congreso de la Unión decidieron no asistir a las sesiones de declaratoria de constitucionalidad que se llevarían a cabo en la Cámara de Diputados y en el Senado. ¿La razón? Simple y directa: no están dispuestos a convalidar las reformas que pretenden poner a la Guardia Nacional bajo el mando de las Fuerzas Armadas.
Las coordinadoras del PAN, Noemí Luna en la Cámara de Diputados y Guadalupe Murguía en el Senado, dejaron claro que su prioridad es buscar soluciones reales para el grave problema de inseguridad que enfrenta el país. Durante el proceso de discusión, el PAN ya había manifestado que mantener a la Guardia Nacional en tareas de seguridad pública es seguir con una estrategia que, a su juicio, ha fracasado. No hay prisa, argumentan, ya que en 2022 se aprobó una reforma que extiende el uso de las Fuerzas Armadas en labores de seguridad hasta el 2028.
Lo que el PAN busca es un debate más amplio, que incluya a las entidades federativas y que escuche las voces de quienes realmente viven la inseguridad a diario. Para ellos, la seguridad pública debería estar en manos de civiles, no de soldados. Si bien reconocen la lealtad y la institucionalidad de las Fuerzas Armadas, insisten en que este modelo ya no está funcionando y que el gobierno de Morena ha fracasado en garantizar la seguridad de la ciudadanía.
Un punto crucial que levantaron es que los estados y municipios deben ser protagonistas en la seguridad, dado que son las autoridades más cercanas a las problemáticas locales. Pero esto no puede hacerse sin recursos adecuados; el PAN criticó al actual gobierno por, según ellos, haber desmantelado a las policías locales.
A pesar de su firme posición en este tema, los legisladores del PAN también mostraron un compromiso con el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas, una reforma que fue aprobada de manera unánime esta semana. Ellos enfatizan que México es una nación pluricultural y multiétnica, y que es esencial preservar las identidades culturales, tradiciones y lenguas de estas comunidades. Para el PAN, este tipo de reformas enriquecen la diversidad cultural del país y son un paso importante hacia un México más inclusivo.
Así que, mientras el PAN se mantiene firme en su negativa a apoyar las reformas de la Guardia Nacional, la discusión sobre la seguridad y el bienestar del país sigue abierta. La pregunta es: ¿será posible encontrar un camino que realmente resuelva los problemas de seguridad que enfrenta la sociedad mexicana?