Por Bruno Cortés
Cada 18 de diciembre, el mundo se une para conmemorar el Día Internacional del Migrante, una fecha que recuerda la importancia de reconocer los derechos de quienes buscan una vida mejor en otro país. Este año, los diputados migrantes de Morena, encabezados por José Narro Céspedes, hicieron eco de esta lucha y lanzaron un urgente llamado al gobierno de Estados Unidos para que apruebe una nueva ley migratoria. La propuesta busca garantizar los derechos laborales de los mexicanos que viven en el país vecino.
En una rueda de prensa, Narro Céspedes enfatizó que el tema de la migración debe ser tratado como una cuestión de derechos humanos. En su opinión, cada persona tiene el derecho de decidir dónde vivir, y por eso, los mexicanos que migran a Estados Unidos merecen tener una vida digna, estable y libre de temor a ser deportados. Aseguró que la migración no es un delito y, por lo tanto, «ningún ser humano es ilegal». Según el legislador, la criminalización de la migración no solo es un error, sino una grave ofensa a la humanidad.
Este mensaje, además, está respaldado por la postura de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, quien en la última reunión del G20 resaltó la importancia de crear programas que promuevan el desarrollo económico y social en los países de origen de los migrantes, como los que México lleva a América Central a través de iniciativas como Sembrando Vida. Para Narro Céspedes, estos programas ayudan a reducir la migración forzada y, por lo tanto, deben ser respaldados por México y Estados Unidos.
Una de las propuestas clave de los diputados migrantes es que el gobierno mexicano participe de manera más activa en la regulación del trabajo de los mexicanos en EE. UU. Esto implicaría un acuerdo que permita a México ayudar a regular las condiciones laborales de sus connacionales, protegiéndolos de abusos como el fraude laboral.
Narro Céspedes también destacó la situación de cerca de 10 millones de migrantes mexicanos en EE. UU., quienes han vivido allí por más de diez años, pero aún se encuentran en una situación irregular, sin acceso a una estabilidad laboral o jurídica, a pesar de que han sido pieza clave en la economía estadounidense. A su juicio, es necesario un cambio para que estos migrantes puedan vivir y trabajar con seguridad y sin miedo a ser deportados.
Por su parte, las diputadas Maribel Solache y Roselia Suárez también se pronunciaron sobre la situación de los migrantes. Solache destacó que la nueva presidencia de Donald Trump podría ser una oportunidad para resaltar la importancia de los migrantes mexicanos y pedir una reforma migratoria que beneficie a todos los indocumentados en EE. UU. Mientras que Suárez Montes de Oca, en su encuentro con la cónsul de Chicago, mencionó la necesidad de reducir la burocracia y hacer más fácil la realización de trámites para los migrantes.
Con todo esto, los diputados de Morena reafirman su compromiso con la defensa de los derechos humanos de los migrantes y piden a las autoridades estadounidenses que respeten la dignidad y el aporte de los mexicanos en el extranjero. En este contexto, es claro que la migración, más allá de ser un desafío, es también una oportunidad para construir relaciones más justas entre México y Estados Unidos, basadas en el respeto y el reconocimiento mutuo.