CDMX a 10 de diciembre de 2024.-El camino hacia la igualdad de género en la educación superior y en la investigación científica sigue avanzando en México, aunque con retos persistentes. En diversas universidades del país, se han establecido unidades y coordinaciones de género que buscan erradicar la violencia contra las mujeres en estos espacios y garantizar una participación más equitativa. Esto es crucial para romper barreras históricas y promover la inclusión de las mujeres en áreas tradicionalmente dominadas por hombres, como las ciencias exactas y la tecnología.
En el marco de un foro interinstitucional organizado por la Red ECOS-Sectei, la doctora Norma Blazquez Graf, experta en ciencia, tecnología y género, destacó la importancia de crear bases de datos desagregados y públicos para identificar las áreas donde las mujeres aún enfrentan barreras, tanto en la educación superior como en la investigación. Según Blazquez, la recopilación de estos datos permitirá diseñar estrategias de inclusión efectivas y promover la equidad en campos donde las mujeres históricamente han sido excluidas.
A lo largo de la historia, las mujeres estuvieron marginadas de los centros de conocimiento, pero a partir del siglo XIX y XX comenzaron a integrarse a las universidades. Sin embargo, a pesar de los avances, Blazquez subrayó que las mujeres aún enfrentan importantes desafíos, especialmente en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM). De acuerdo con la UNESCO, aunque la participación femenina en la educación superior ha alcanzado el 50%, esta distribución sigue siendo desigual en ciertos campos. Por ejemplo, las mujeres siguen estando subrepresentadas en áreas como la ingeniería, la física y las matemáticas.
El desafío es aún mayor cuando se observa la brecha que persiste en el ámbito laboral. En 2022, el Instituto Mexicano para la Competitividad indicó que solo tres de cada diez profesionistas en STEM son mujeres, y en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), solo el 38.7% de los miembros son mujeres.
A pesar de estos datos, la especialista destacó los avances logrados en la creación de políticas inclusivas y la creciente movilización de académicas, estudiantes y profesoras que impulsan el cambio dentro de las universidades. Estas acciones buscan crear un entorno más seguro y justo para las mujeres, promoviendo su participación activa en todas las disciplinas.
A nivel internacional, la inclusión de género en la ciencia ha ganado relevancia desde los años 90, y en 2011, la ONU incorporó el análisis de género en los proyectos de ciencia y tecnología como parte de la Agenda para el Desarrollo Sostenible 2030. Este enfoque, que cuestiona los estereotipos de género, ha demostrado que el análisis con perspectiva de género puede cambiar los resultados de la investigación, abriendo nuevas áreas de conocimiento y eliminando el sesgo tradicional que coloca a lo masculino como modelo.
La doctora Blazquez concluyó su intervención resaltando que, aunque la igualdad de género en la educación superior y la ciencia ha avanzado, aún queda un largo camino por recorrer. Se debe seguir trabajando en la eliminación de estereotipos y en la creación de espacios más inclusivos que promuevan la participación activa de las mujeres en todas las áreas del conocimiento, porque, como afirmó, «la educación no es un privilegio, es un derecho».