Por Juan Pablo Ojeda
El gobierno de Donald Trump sigue implementando medidas estrictas en su lucha contra la inmigración ilegal, y la reciente detención de un grupo de migrantes en la base naval de Guantánamo, Cuba, refleja la creciente intensidad de su política migratoria. Según lo confirmado por la Casa Blanca, el grupo de migrantes que llegó a la isla caribeña el 3 de febrero está compuesto por presuntos miembros de la organización criminal transnacional Tren de Aragua, una de las bandas más peligrosas de América Latina.
Migrantes y Criminalización: El Plan de Trump
En una rueda de prensa celebrada en la Casa Blanca, Karoline Leavitt, portavoz del gobierno de Trump, señaló que las autoridades migratorias están poniendo «prioridad» en la detención de «criminales violentos». Esta declaración se alinea con la narrativa del presidente, quien ha vinculado la inmigración ilegal con la delincuencia. Según Leavitt, la detención de los migrantes forma parte de una serie de esfuerzos más amplios para combatir lo que la administración Trump considera como una «amenaza» para la seguridad de Estados Unidos.
El grupo de migrantes, conformado por 10 personas, fue trasladado en un avión militar desde la ciudad fronteriza de El Paso, Texas, hasta Guantánamo, donde serán detenidos «temporalmente» hasta que puedan ser repatriados a su país de origen o trasladados a otro destino, según un comunicado del Pentágono. Esta medida refleja la creciente militarización de la política migratoria de EE.UU., y la apertura de nuevas instalaciones de detención en la isla cubana, con capacidad para más de 30,000 personas.
La Ampliación de Guantánamo: Nuevas Instalaciones y Despliegue Militar
Para garantizar la implementación de su agresiva política migratoria, Trump ha ordenado una ampliación significativa de la infraestructura de detención en Guantánamo. El Pentágono ha comenzado a desplegar más de 150 militares, incluidos Infantes de Marina y personal del Comando Sur de EE.UU., con el fin de gestionar las nuevas instalaciones y asegurar el confinamiento de los migrantes detenidos. La medida se produce después de que Trump firmara un memorando en el que afirmó que la ampliación de la base tiene como objetivo «detener a los peores inmigrantes ilegales criminales que representan una amenaza para el pueblo estadounidense».
Sin embargo, es importante destacar que, bajo la ley estadounidense, vivir en el país sin estatus legal no es considerado un crimen, sino una infracción civil. A pesar de la narrativa del gobierno, los migrantes indocumentados no tienen un «historial criminal» inherente, tal como ha repetido Trump. En cambio, las violaciones a las leyes migratorias, como el cruce ilegal de la frontera o el regreso después de haber sido deportado, son tratadas como delitos menores o graves, dependiendo del caso.
Impacto de la Política Migratoria en las Comunidades
Esta campaña contra los migrantes, que incluye detenciones masivas, no solo ha afectado a las personas detenidas, sino que también ha causado un clima de miedo e incertidumbre en las comunidades migrantes de Estados Unidos. A pesar de las afirmaciones de Trump sobre la vinculación entre inmigrantes indocumentados y el crimen, estudios realizados por instituciones académicas, como la Universidad de Stanford, demuestran que los migrantes tienen menos probabilidades de cometer crímenes que los nacidos en EE.UU.