CDMX a 16 de enero, 2024.- La industria de los videojuegos se encuentra nuevamente en el ojo del huracán debido a una polémica decisión que ha generado controversia en el Sindicato de Actores de Cine-Federación Estadounidense de Artistas de Radio y Televisión (SAG-AFTRA). Sin el consentimiento de sus afiliados, el sindicato ha aprobado el uso de inteligencia artificial (IA) para generar voces en videojuegos, lo que ha provocado la indignación de muchos actores.
Este acuerdo, que permite a los estudios de videojuegos replicar las voces de los actores mediante herramientas de IA, ha desencadenado una serie de contradicciones y críticas en la comunidad de actores de voz. Una de las principales preocupaciones de los actores era que la IA eventualmente reemplazaría sus trabajos, y aunque no buscaban eliminar esta práctica por completo, sí abogaban por una regulación y un uso ético de la tecnología.
La sorpresa y el descontento no se hicieron esperar, y varios actores de voz afiliados al sindicato expresaron públicamente su desacuerdo con esta decisión. Erika Ishii, conocida por dar voz a Valkyrie en Apex Legends, cuestionó quiénes fueron los «miembros afectados» que aprobaron el acuerdo sin contar con la opinión de los actores en activo.
Por su parte, Steve Blum, un reconocido actor de voz que ha participado en juegos de Marvel y Mortal Kombat, también expresó su crítica y señaló que ningún miembro de la comunidad de actores de voz aprobó el acuerdo.
Melissa Medina, conocida por su trabajo en Valorant, reveló que varios desarrolladores le confirmaron que ni siquiera tenían la intención de utilizar las herramientas de IA promovidas por el sindicato. Esto pone de manifiesto la falta de conexión entre los responsables del sindicato y los actores que supuestamente representan.
Un aspecto llamativo y lamentable es que el acuerdo del sindicato involucra a Replica Studios, una empresa que ofrece soluciones de IA para generar voces en videojuegos y producciones cinematográficas. Esto plantea la pregunta de si el sindicato está tratando de imponer una única herramienta en un mercado lleno de opciones.
Esta controversia está lejos de resolverse y podría desencadenar futuros capítulos en esta novela. La cúpula del sindicato de actores está firmando acuerdos sin el consentimiento de aquellos a quienes supuestamente representa. Los actores, sin embargo, tienen una carta bajo la manga: la posibilidad de impulsar una huelga, lo que podría poner en jaque a los directivos de SAG-AFTRA.