Lo que comenzó como una tranquila excursión por un bosque montañoso en España se convirtió en una experiencia angustiante para Helga Dis Isfold Sigurdardottir, investigadora de videojuegos, su esposo y un amigo. Perdidos en una intrincada red de senderos, las herramientas convencionales como Google Maps no lograban guiarlos. Sin embargo, una inesperada solución llegó a través de un popular videojuego de realidad aumentada: Pokémon Go.
El grupo, desorientado tras horas de búsqueda infructuosa, enfrentaba un panorama incierto. Fue entonces cuando Sigurdardottir, en un intento por aliviar la tensión, abrió Pokémon Go. Para su sorpresa, el mapa del juego incluía senderos que coincidían con el terreno que tenían frente a ellos y que no aparecían en otras aplicaciones de navegación.
El juego, desarrollado por Niantic, utiliza mapas de Open Street Map (OSM), una plataforma de código abierto que permite a usuarios de todo el mundo añadir y actualizar datos geográficos, incluidos caminos y senderos menos comunes. Este enfoque fue clave para que el grupo lograra orientarse y regresar a salvo a la ciudad.
Pokémon Go no depende de servicios tradicionales como Google Maps. En su lugar, utiliza datos de OSM, los cuales son generados por una comunidad global de usuarios. Esto permite que el juego incluya rutas poco conocidas, además de puntos de interés y gimnasios virtuales.
Niantic también ha avanzado en el desarrollo de tecnologías como el Gran Modelo Geoespacial (LGM), un sistema que combina inteligencia artificial, GPS y datos de sensores para construir mapas 3D. Los jugadores pueden contribuir voluntariamente al escaneo de ubicaciones a cambio de recompensas, lo que mejora la precisión del mapeo.
Aunque la experiencia de Sigurdardottir evidencia los beneficios de esta tecnología, el modelo de recolección de datos de Niantic no está exento de críticas. Algunos jugadores han expresado preocupaciones sobre la privacidad, ya que los términos de servicio permiten a la empresa usar los datos generados por los usuarios para fines publicitarios y de desarrollo.
Expertos como el abogado noruego Vebjørn Søndersrød señalan que, aunque estas prácticas son legales, plantean cuestiones éticas sobre cómo se informa a los usuarios respecto al uso de sus datos.
Tecnología que salva vidas
A pesar de las controversias, este caso destaca el impacto positivo de las tecnologías basadas en datos abiertos y comunitarios. Pokémon Go, conocido por promover la actividad física y la exploración, en esta ocasión se convirtió en una herramienta crucial para evitar una situación potencialmente peligrosa.
El incidente recuerda cómo las innovaciones tecnológicas pueden tener aplicaciones inesperadas, transformándose en recursos valiosos incluso fuera de su propósito inicial. ¿Quién diría que atrapar Pokémon podría guiarte de regreso a salvo?