La propuesta de paquete económico para 2023 es poco realista, inconsistente, no está orientado a atacar la desigualdad y tiene la mirada puesta en las elecciones presidenciales de 2024, sostuvo la organización México Evalúa.
La coordinadora del Programa de Gasto Público de México Evalúa, Mariana Campos, explicó que es un presupuesto poco realista porque no asume un escenario económico de 3 por ciento, casi el doble de que está viendo la mayoría de los analistas nacionales e internacionales para México.
En conferencia de prensa, apuntó que los analistas, esperan un crecimiento menor, lo que tendrá un impacto en el peso de la deuda pública en la economía mexicana, porque “nos vamos a endeudar más en relación al PIB de lo que se está reconociendo”.
Además, dijo, la inflación para el año próximo será mayor al 3 por ciento prevista en el paquete económico, lo que elevará el costo de los insumos que el Gobierno está considerando y se traducirá en que, en términos reales, 17 secretarías o entes públicos van a tener un recorte en su presupuesto.
Afirmó que el paquete económico para 2023 también es inconsistente, porque considera ciertos datos para reflejar otras cosas y por eso prevé un crecimiento económico elevado para hacer aparecer que la deuda no es tan alta respecto al PIB, pero estima ingresos tributarios conservadores pese al alto ritmo de actividad previsto.
“No necesariamente es un paquete optimista en todas sus partes, porque no se hizo de manera consistente”, subrayó durante la presentación del estudio “Diez riesgos y desventuras del paquete económico 2023”.
La propuesta de paquete económico 2023, sostuvo, tampoco está pensado para atacar o atender la desigualdad porque está desprotegiendo el financiamiento de las enfermedades catastróficas de las personas sin seguridad social y los subsidios sociales, en particular los de adultos mayores, otorga más recursos presupuestales a las personas de mayores ingresos que a las de menos.
Campos sostuvo que el gasto propuesto en el paquete económico 2023 tiene miras electorales, ya que los programas que entregan subsidios o recursos no obedecen a la lógica de atender al más vulnerable, “pareciera que la lógica es entregar rápido sin tener que cumplir con muchos requisitos”.
Comentó que si el año próximo se mantienen altos los precios del petróleo, entonces existirá la tentación del Gobierno de continuarán los subsidios a las gasolinas y el diésel, a pesar de la renuncia recaudatoria que implicaría en el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), ya que subir los precios de los combustibles en un año preelectoral “tendría un costo político muy relevante”.