En una emotiva carta dirigida a los católicos del mundo, el papa Francisco criticó duramente la “vergonzosa incapacidad” de la comunidad internacional para poner fin a la devastadora guerra en Gaza, que ha dejado más de 41,900 muertos en el último año. La ofensiva militar de Israel, desatada tras el ataque de Hamas, ha cobrado la vida de miles de mujeres y niños, quienes representan más del 60% de las víctimas mortales, según las autoridades de Gaza.
El Papa expresó su dolor por la creciente espiral de violencia que azota Oriente Medio y condenó la falta de diálogo y esfuerzos para alcanzar la paz. “La violencia nunca trae la paz. La historia lo demuestra, pero años de conflicto parecen no habernos enseñado nada”, afirmó en su mensaje. Su carta también reflejó un profundo apoyo hacia el pueblo de Gaza, quienes sufren desde hace mucho tiempo bajo los bombardeos y la destrucción.
El Papa ha sido cada vez más vocal sobre el conflicto entre Hamas e Israel, condenando las recientes acciones militares de Israel en Gaza y Líbano, calificándolas de “más allá de la moralidad” y “inaceptables”. El 29 de septiembre, criticó duramente los ataques aéreos israelíes que mataron al líder de Hezbolá, Hasan Nasralá, así como a civiles inocentes, sugiriendo que estos ataques no respetan los límites de la ética.
En su carta más reciente, Francisco se dirigió directamente a los habitantes de Gaza, asegurándoles su apoyo: «Estoy con ustedes, pueblo de Gaza, que están en una situación desesperada desde hace mucho tiempo. Estoy con ustedes, que se han visto obligados a abandonar sus hogares, a abandonar la escuela y el trabajo y a buscar refugio bajo el fuego que cae del cielo».
La ofensiva militar israelí en Gaza ha causado una tragedia humanitaria sin precedentes. Las cifras proporcionadas por el Ministerio de Sanidad de Gaza son alarmantes: más de 41,900 personas han muerto, de las cuales, más del 60% son mujeres y niños. Además, hay más de 97,300 heridos, muchos de ellos en condiciones críticas. El conflicto ha dejado cicatrices profundas en el territorio, con familias enteras eliminadas del registro civil, decenas de miles de desaparecidos y un creciente número de personas que han muerto de hambre en el enclave bloqueado.
Entre las víctimas se encuentran 17,000 niños, incluidos 171 bebés y 710 menores de un año. Los ataques también han cobrado la vida de 175 periodistas y 85 miembros de los equipos de Protección Civil, según las autoridades gazatíes.
El papa Francisco ha pedido repetidamente a la comunidad internacional que intervenga para detener esta guerra, subrayando la importancia de la paz y el diálogo. A pesar de estos llamamientos, la violencia continúa sin cesar, y las consecuencias son devastadoras para las personas atrapadas en el conflicto.
El mensaje del Papa resuena en un mundo que parece haber perdido la capacidad de resolver sus conflictos a través de medios pacíficos. Francisco ha convertido el lunes en un día de ayuno y oración por la paz, instando a los católicos de todo el mundo a unirse en sus plegarias para poner fin a la violencia. Sin embargo, sus palabras también son un llamado a la acción para que los líderes mundiales tomen medidas reales y concretas para detener el conflicto y poner fin al sufrimiento del pueblo palestino.
Las cifras de muertos y heridos continúan aumentando cada día, y las condiciones en Gaza se deterioran rápidamente. La comunidad internacional enfrenta el reto de encontrar una solución diplomática que ponga fin a este ciclo de violencia, pero, como señala Francisco, el tiempo es crucial y las palabras deben ir acompañadas de acciones que realmente marquen la diferencia.