Ciudad de México, a 9 de marzo de 2023.- La baja participación de mujeres en el mercado laboral frena el potencial económico de México. Por ello, el IMCO estimó los beneficios económicos de sumar a más mujeres al mercado laboral. En 2030, el PIB de México podría ser 15 por ciento mayor que el de 2020 si sumamos a 8.2 millones más de mujeres a la economía para alcanzar la participación femenina promedio de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
En México, 4 de cada 10 mujeres tienen un empleo o están en búsqueda de uno.
En el marco del Día Internacional de la Mujer, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) analizó la participación de las mujeres en la economía y las brechas de género que existen en el mercado laboral. Esto con el objetivo de nutrir el debate público con datos que inviten a una reflexión informada y detonen acciones con base en evidencia para mejorar la calidad del empleo de las mujeres desde el sector público, sector privado, academia y sociedad civil.
En 2022, 45 por ciento de las mujeres en edad de trabajar participaron en el mercado laboral mexicano de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Es decir, en dos años se recuperó la caída del empleo femenino causado por la pandemia, cuando la participación cayó a 41 por ciento.
Para comparar la participación económica de las mujeres en México con otros países, el IMCO utiliza los datos de 2021 del Banco Mundial de 192 países. En México, la proporción de mujeres que tienen un empleo o buscan uno está por debajo del promedio mundial (46%) y de América Latina (49%). Incluso de otras economías de la región latinoamericana como Chile (46.2%), Colombia (51.6%) y Brasil (51.9%).
La generación de empleo del año pasado fue liderada por las mujeres. De los 1.7 millones nuevos empleos creados en 2022, ocho de cada 10 fueron ocupados por ellas. Sin embargo, la informalidad persiste con pocos avances desde que se levanta la ENOE (2005).
El porcentaje de mujeres en la informalidad disminuyó de 58 por ciento en 2005 a 54 por ciento en 2022. Para los hombres esta proporción pasó de 51 por ciento a 49 por ciento en el mismo periodo. Más de la mitad de las mujeres en la economía remunerada carece de prestaciones, servicios de salud y certidumbre jurídica. Sin embargo, la participación de las mujeres disminuye conforme aumenta el nivel jerárquico.
Mientras que la participación de mujeres alcanza 36 por ciento de la plantilla laboral de las empresas listadas en las bolsas mexicanas de valores, se reduce a 21 por ciento en direcciones de áreas jurídicas, a 10 por ciento en direcciones de finanzas y a 4 por ciento en la dirección general.
En el sector público
En cuanto al sector público, el gabinete federal dejó de ser paritario en titulares de Secretarías al contar con 44 por ciento de mujeres secretarias de Estado en 2022. Aunado a ello, al interior de las secretarías de Estado, las mujeres están concentradas en los puestos de menor nivel jerárquico, que son los puestos de enlace (49%).
La representación femenina también disminuye conforme aumenta el nivel de puesto, a excepción de la titularidad de la secretaría de Estado. Las mujeres representan 44 por ciento de los puestos de mando medio en contraste con 28 por ciento de mujeres jefas de unidad o subsecretarias.
Tres de cada 10 mujeres han enfrentado violencia laboral a lo largo de su vida.
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2021 del INEGI, tres de cada 10 mujeres han enfrentado violencia laboral a lo largo de su vida y dos de cada 10 reportaron vivirla en el último año.
Existe una gran disparidad en la violencia laboral que viven las mujeres a lo largo de sus vidas entre las entidades federativas. Chiapas es el estado con menor prevalencia de violencia laboral entre mujeres con 17.1 por ciento, en contraste con 37.8 por ciento en Coahuila.
El tipo de violencia más común en el ámbito laboral es la discriminación: 18 por ciento de las trabajadoras mexicanas han enfrentado al menos un acto de discriminación a lo largo de su vida, proporción que aumenta a 24 por ciento entre las mujeres de 25 a 34 años. Las formas de discriminación hacia las mujeres más frecuentes en el ámbito laboral son tener menos oportunidades que un hombre para ascender (11%) o recibir un menor pago que sus pares hombres (10%).
Las labores no remuneradas del hogar y de cuidados tienen un valor económico, pero reducen el tiempo disponible de las mujeres, sin embargo, las mujeres han encontrado en el emprendimiento una opción de empleo que se adecúa a sus necesidades.
En México, una de cada cuatro mujeres ocupadas tiene un negocio, es decir 5.9 millones de mujeres trabajan por cuenta propia o son empleadoras. De ellas, ocho de cada 10 lo hacen en la informalidad. Las emprendedoras en la formalidad tienen ingresos mensuales promedio 1.9 veces mayores que aquellas con un negocio en la informalidad.
Alcanzar la igualdad de género en el mercado laboral requiere de acciones desde todas las trincheras.
Reducir la desigualdad entre hombres y mujeres en la economía es una responsabilidad compartida. Es necesario romper los roles de género, por ejemplo, a través de permisos de paternidad extendidos, obligatorios e intransferibles que fomenten la corresponsabilidad de cuidados entre mujeres y hombres. Aún más, es necesario ofrecer empleos de calidad en la formalidad que consideren las necesidades diferenciadas de las mujeres.