Por Bruno Cortés
La política mexicana, a menudo enredada en debates complejos, acaba de dar un giro que ha encendido las alarmas. La diputada Noemí Luna Ayala, del Partido Acción Nacional (PAN), ha puesto en la mira del mundo las reformas que han permitido que la Guardia Nacional se integre al Ejército. ¿Qué quiere decir esto? En palabras sencillas, se está creando una fuerza que no solo se encargará de la seguridad pública, sino que tendrá raíces militares, lo que puede traer consigo un serio aumento en las violaciones de derechos humanos.
La ONU-DH, el brazo de derechos humanos de las Naciones Unidas, ha expresado su preocupación, afirmando que esta militarización podría intensificar las abusos que ya se están reportando en el país. Y es que, en un contexto donde las detenciones arbitrarias son pan de cada día y el sistema de justicia enfrenta serios problemas, la decisión de hacer de la Guardia Nacional una fuerza armada permanente parece más un retroceso que un avance.
Luna Ayala también se refirió a un llamado anterior de la ONU-DH, que instaba a los legisladores a fomentar el diálogo y a analizar más a fondo las consecuencias de estas reformas. En lugar de escuchar, los legisladores de Morena y sus aliados decidieron seguir adelante con su agenda, poniendo de lado las advertencias de organismos internacionales. Esto genera un clima de preocupación sobre lo que podría significar para la seguridad y los derechos de los ciudadanos.
La diputada también enfatizó que, según expertos, esta militarización podría llevar a un incremento en el uso excesivo de la fuerza, limitaciones en el acceso a asistencia legal, y problemas en la independencia judicial. Estos no son temas menores: estamos hablando de derechos que todos deberían tener garantizados.
Con la llegada de un nuevo gobierno, bajo la dirección de Claudia Sheinbaum, las reformas que ahora se han aprobado comenzarán a tener efecto. Esto, según Luna Ayala, podría profundizar aún más los problemas que ya enfrentamos. La militarización de la seguridad pública no solo pone en riesgo la integridad de los ciudadanos, sino que también puede traer repercusiones en el ámbito internacional, afectando la imagen de México como un país que respeta los derechos humanos.
Por último, la diputada anunció que desde el PAN se prepararán para llevar el tema de la militarización ante instancias internacionales, asegurando que se defenderá el Estado de Derecho en el país. En un entorno donde la confianza en las instituciones es cada vez más frágil, estos movimientos nos invitan a reflexionar sobre el futuro de la seguridad y los derechos humanos en México.
Palabras clave: Guardia Nacional, militarización, derechos humanos, Noemí Luna Ayala, ONU-DH, seguridad pública, Ejército Mexicano, reformas constitucionales.