Por Bruno Cortés
La Cámara de Diputados ha dado un paso importante al aprobar la reforma al Poder Judicial, y para la diputada Dolores Padierna Luna, esto marca el inicio de una nueva era en la administración de justicia en México. Según Padierna Luna, la reforma no es solo un ajuste en el sistema, sino una refundación completa para que la justicia sirva verdaderamente a todos los ciudadanos.
En su comunicado, Padierna Luna enfatizó que esta reforma responde a un mandato popular claro. Las urnas del pasado 2 de junio mostraron un respaldo contundente a su coalición, y ahora el objetivo es transformar la justicia de acuerdo con los principios del Humanismo Mexicano, dejando atrás el viejo modelo neoliberal. “Legislamos a favor de la reforma al Poder Judicial porque es lo que la gente quiere y necesita”, afirmó.
La diputada hizo una comparativa con la reforma judicial de 1994 durante la presidencia de Ernesto Zedillo, la cual calificó de “gatopardista”. Según ella, esa reforma permitió a la Corte anular decisiones del Consejo de la Judicatura, creando un ambiente de impunidad y excesos que aún persiste. En la actualidad, criticó, jueces y ministros tienen la capacidad de tomar decisiones que violan la ley y la Constitución sin rendir cuentas, como la suspensión de leyes o la distribución de libros de texto gratuitos.
La nueva reforma busca corregir estos problemas con la creación de dos nuevos órganos: el Tribunal de Disciplina Judicial y el Órgano Administrativo. El Tribunal de Disciplina se encargará de supervisar la conducta de los jueces y ministros, mientras que el Órgano Administrativo manejará el presupuesto del Poder Judicial y se asegurará de que ningún servidor público, incluido jueces y magistrados, gane más que el presidente.
Padierna Luna destacó que la falta de rendición de cuentas en el sistema judicial ha llevado a corrupción, nepotismo, y a la anulación de leyes aprobadas por el Congreso. “Esta reforma es necesaria para tener un Poder Judicial que realmente sirva al interés general y al pueblo de México”, concluyó.
Con esta reforma, la esperanza es que el sistema de justicia se vuelva más transparente y equitativo, donde los jueces y ministros sean responsables ante el pueblo y no ante intereses oligárquicos o personales. Así, la reforma pretende cerrar la brecha entre el Poder Judicial y los ciudadanos, promoviendo una justicia que refleje verdaderamente los valores y necesidades del país.