Por Juan Pablo Ojeda
La diputada Dolores Padierna Luna, de Morena, ha lanzado un contundente ataque contra los jueces federales. En un reciente comunicado, Padierna anunció que presentará un punto de acuerdo en la Cámara de Diputados para exigir una fuerte reprimenda a los jueces que aceptaron las demandas de amparo contra la reforma al Poder Judicial. En otras palabras, Padierna está enojada porque cree que los jueces han tomado una decisión que no solo es errónea, sino que también va en contra del propio espíritu de la justicia.
El meollo del asunto es la reforma al Poder Judicial, una serie de cambios a la Constitución que el gobierno está intentando implementar. Estos cambios, que buscan modificar cómo funcionan los tribunales en México, han enfrentado resistencia en los tribunales. Algunos jueces han admitido demandas de amparo —un tipo de protección legal que se puede solicitar cuando alguien cree que se han violado sus derechos— en contra de esta reforma. Según Padierna, esto es una gran injusticia y una obstrucción a la función del Poder Legislativo.
La diputada argumenta que los jueces deberían haber desechado estas demandas por varias razones. Primero, ella dice que un proceso legislativo no puede dañar a una persona específica, así que no debería ser motivo para presentar un amparo. Segundo, asegura que el amparo no debería aplicarse a procesos legislativos, ya que no se trata de un acto que pueda ser revisado de esa manera. Finalmente, Padierna sostiene que las reformas constitucionales no pueden ser atacadas mediante amparo, basándose en el artículo 61 de la Ley de Amparo.
Lo que más molesta a Padierna es que la suspensión del proceso legislativo, que ordenó el juez, está impidiendo que el Congreso lleve a cabo su trabajo. Ella considera que este tipo de intervención de los jueces no solo es ilegal, sino que también pone en peligro el orden público y el interés social. En su opinión, los jueces están actuando de manera política y tratando de frenar las funciones del Congreso, algo que considera inaceptable.
Padierna concluye su mensaje con una fuerte crítica hacia los jueces, acusándolos de proteger sus propios intereses y de violar la Constitución. Asegura que no se puede permitir que los jueces jueguen con la ley para sus propios fines y, por ello, propone que la Cámara de Diputados haga un enérgico extrañamiento a los jueces federales para que se rectifique esta situación.
En resumen, lo que está en juego es una intensa disputa entre el poder legislativo y el judicial, donde Padierna busca que se respete el proceso legislativo y que los jueces no interfieran en las decisiones del Congreso. La tensión entre estos dos poderes parece estar alcanzando nuevas alturas, y el desenlace de esta batalla podría tener importantes implicaciones para el futuro de las reformas judiciales en México.