Pablo González Casanova no solo fue un gran rector de la UNAM, sino un visionario que transformó la educación, defendió la autonomía universitaria y dejó un legado intelectual que sigue vigente en México y el mundo. Durante la presentación del libro “Pablo González Casanova en su centenario” en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM), el rector Leonardo Lomelí Vanegas lo calificó como un “mexicano universal”, cuyo pensamiento y compromiso con la justicia social trascendieron fronteras.

“Fue un gran universitario, un gran rector, pero sobre todo un hombre que entendió su tiempo y supo desafiarlo”, afirmó Lomelí Vanegas.

Como rector de la UNAM, González Casanova impulsó transformaciones clave: la creación del Colegio de Ciencias y Humanidades, el Sistema de Universidad Abierta y las escuelas multidisciplinarias que hoy son las Facultades de Estudios Superiores (FES) Acatlán, Aragón, Iztacala, Zaragoza y Cuautitlán.

Su legado intelectual quedó inmortalizado en “La democracia en México”, obra en la que desmenuzó la legitimación del poder político en un país dominado por un partido hegemónico, en plena era del “milagro mexicano”.

Un rebelde del pensamiento, defensor de la autonomía

Jorge Cadena Roa, investigador de la UNAM, destacó que González Casanova se definió como un “intelectual orgánico”, es decir, alguien que asumió la universidad como su trinchera, sin militar en partidos pero con un firme compromiso social.

Desde la academia, defendió la autonomía universitaria, luchó contra la desigualdad y la discriminación, y apoyó causas como el movimiento neozapatista en sus últimos años, al considerar que representaba una crítica a la globalización y a la deriva de la izquierda partidista en México.

El libro, que reúne testimonios de quienes trabajaron con él, recorre su trayectoria académica y política, así como su impacto en América Latina. Entre sus páginas se encuentran dos discursos fundamentales:
🔹 Su toma de posesión como rector, donde reivindicó la autonomía universitaria.
🔹 Su discurso al recibir el Premio Nacional de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía, en el que reflexionó sobre la democracia en los años 80.

Un legado que sigue inspirando

Pablo González Casanova no solo transformó la UNAM, sino que dejó una huella imborrable en la historia de México y del pensamiento crítico. Su vida y obra son un recordatorio de que la educación es un acto de resistencia y que la autonomía universitaria es un pilar fundamental para la democracia.

Su voz sigue resonando en cada generación que se atreve a cuestionar, a investigar y a luchar por un país más justo.