Viernes 13
La mayoría de los historiadores coincide en situar el origen de esta superstición en 1307. El viernes 13 de octubre de aquél año la Santa Inquisición persiguió a los Caballeros Templarios, la Orden militar cristiana más famosa de la Edad Media.
El rey francés Felipe IV ‘El Hermoso’ dio la orden de acabar con quienes componían este colectivo, principalmente con sus líderes. Ese mismo día se produjeron arrestos simultáneos y asesinatos en toda Europa.
En ese tiempo, los caballeros templarios poseían una gran fortuna, eran los principales prestamistas y acreedores en muchas regiones de Europa, en especial de Francia.
Es más, se dice que el propio Felipe IV, tenía una gran deuda con esta orden y que por ello decidió capturarlos y acusarlos ante la Santa Sede por diversos cargos, entre ellos los de herejía, sodomía y de orinar y escupir en la cruz.
La acusación produjo la detención o asesinato de la mayoría de los miembros de la orden del Temple, lo que finalmente ocasionó su desaparición. Sin embargo, algunos caballeros lograron escapar, llevándose consigo muchos de los secretos de la orden, hasta hoy no revelados, así como el tesoro del Temple. El último Gran Maestre de la orden, Jacques de Molay, quien finalmente fue condenado a la hoguera, momentos antes de morir asfixiado se dirigió al propio Felipe IV y al papa Clemente V, con estas palabras: «¡Papa Clemente! ¡Caballero Guillermo! ¡Rey Felipe! ¡Antes de un año yo os emplazo para que comparezcáis ante el tribunal de Dios, para recibir vuestro justo castigo! ¡Malditos, malditos! ¡Malditos hasta la decimotercera generación de vuestro linaje!»
Si bien los templarios fueron arrestados el viernes 13 de octubre de 1307, esta dramática escena tuvo lugar siete años después, el 18 de marzo de 1314; como sea, tanto el papa como el rey murieron en los plazos fijados, a saber el 20 de abril y el 29 de noviembre de ese año. (Esta historia guarda similitud con la de Fernando IV de Castilla “el Emplazado”, a quien también le advirtieron sus víctimas que moriría en un plazo de treinta días.)
Los caballeros que sobrevivieron, principalmente en la isla de Chipre y en Portugal, se unieron en su mayoría a las filas de la Orden de los Caballeros Hospitalarios o la de los Caballeros Teutónicos.
En Italia el día maldito es el viernes 17.
En Italia el día de mal augurio es el viernes 17. Viernes porque fue el día en el que Jesucristo fue crucificado y 17 porque en latín este número se escribe XVII cuyo anagrama es VIXI, que significa «he vivido». Los italianos consideran que esta frase implica que «ahora estoy muerto».
Tan arraigada está la superstición del viernes 17 en Italia que algunos modelos de avión de la compañía Alitalia no tienen fila con este número. En la torre Pirelli de Milán no existe el piso 17 y el modelo de coche R17 de Renault en Italia es conocido como R177.