CDMX a 21 de octubre de 2024.-En un contundente esfuerzo por regular la venta de alcohol en las calles, la alcaldía de Iztapalapa ha clausurado dos chelerías que operaban de manera irregular a solo 500 metros de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). Esta acción se enmarca dentro de las nuevas y más estrictas medidas anunciadas por el gobierno de la Ciudad de México, liderado por Clara Brugada, para combatir la proliferación de estos establecimientos en la vía pública.
El cierre de estos negocios, que se hizo efectivo con la colocación de sellos de suspensión en sus cortinas, se produce en un contexto donde la seguridad y el orden público son prioridades. La jefa de Gobierno, Clara Brugada, enfatizó que se llevará a cabo un operativo exhaustivo en el Centro Histórico que incluirá revisiones a motocicletas y chelerías, además del despliegue de 330 policías adicionales para fortalecer la seguridad en la zona.
«Vamos a reforzar la seguridad en el Centro Histórico», anunció Brugada, destacando la importancia de mejorar la videovigilancia y establecer una estrategia efectiva contra la extorsión. Este operativo no es aislado, ya que la semana pasada también se desmantelaron tres chelerías en Eje 1 Norte, evidenciando un compromiso constante por parte de las autoridades para erradicar estas prácticas ilegales.
Además, en un avance legislativo significativo, el Congreso de la Ciudad de México aprobó reformas a la Ley de Cultura Cívica, que establece sanciones para quienes instalen chelerías en la vía pública. Esta legislación, respaldada por 62 votos a favor, restringe la venta de bebidas alcohólicas en espacios públicos, permitiéndola únicamente en eventos autorizados. Las sanciones para los infractores son severas, con multas que oscilan entre 2,171 y 3,257 pesos, arrestos de hasta 36 horas o trabajo comunitario. A su vez, aquellos propietarios que desafíen las clausuras enfrentan penas de prisión de seis a 12 años.
Con estas medidas, la CDMX busca un entorno más seguro y ordenado, donde la regulación de la venta de alcohol se convierta en una realidad, garantizando así el bienestar de los ciudadanos y el respeto a la normativa vigente. La lucha contra las chelerías sigue su curso, y la comunidad espera que estas acciones marquen un cambio significativo en su entorno.