En las profundidades de la selva de Campeche, México, un equipo de investigadores liderados por el arqueólogo esloveno Ivan Šprajc ha desenterrado Ocomtún, una antigua ciudad maya que promete redefinir nuestro entendimiento de esta civilización. Ubicada en la reserva ecológica de Balamkú, Ocomtún se extiende sobre más de 50 hectáreas y alberga estructuras piramidales que alcanzan los 15 metros de altura, revelando la magnitud de su importancia en las Tierras Bajas Centrales durante el periodo Clásico (250-1000 d.C.).
La ciudad de Ocomtún, cuyo nombre significa “columna de piedra” en maya yucateco, fue descubierta tras adentrarse 60 kilómetros en la espesa vegetación, un esfuerzo que ha dado como resultado el descubrimiento de un sitio monumental con numerosas columnas cilíndricas de piedra. Este hallazgo es el fruto de la primera temporada de campo del proyecto “Ampliando el panorama arqueológico de las Tierras Bajas Centrales mayas”, aprobado por el Consejo de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
El uso de la tecnología LiDAR (Light Detection and Ranging) por parte del National Center for Airbone Laser Mapping de la Universidad de Houston ha sido crucial para el descubrimiento de Ocomtún. Este escaneo láser aerotransportado ha permitido identificar numerosas concentraciones de estructuras prehispánicas en una extensa área de 3 mil kilómetros cuadrados de Campeche, previamente inexplorada por la arqueología.
El núcleo monumental de Ocomtún, situado en una especie de ‘península’ de terreno elevado rodeada por humedales, destaca por sus edificios de grandes dimensiones, incluyendo varias estructuras piramidales de más de 15 metros de altura. Entre las características más notables de la ciudad se encuentran tres plazas dominadas por imponentes edificios, un juego de pelota, y una calzada que conecta diferentes partes del complejo. Además, se ha identificado una pirámide que se eleva 25 metros sobre el terreno natural, lo que sugiere la importancia religiosa y política de Ocomtún.
El descubrimiento de Ocomtún no solo arroja luz sobre la complejidad y sofisticación de la civilización maya, sino que también abre nuevas vías de investigación en una región hasta ahora poco explorada. Los hallazgos preliminares sugieren la existencia de mercados o espacios destinados a rituales, ampliando nuestra comprensión de la vida cotidiana y las prácticas culturales de los mayas.