Las playas de Oaxaca, con su arena dorada y sus olas susurrantes, se están preparando para recibir un número sin precedentes de visitantes estas vacaciones invernales. Las expectativas son altas en el corredor turístico de Puerto Escondido – Huatulco, no solo por la próxima inauguración de la supercarretera Oaxaca – Costa, sino también debido a las consecuencias del huracán Otis en el clásico destino de Acapulco.
Con la promesa de acortar el viaje desde la capital estatal a un mero paseo de tres horas y media, la supercarretera Barranca Larga – Ventanilla, anunciada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, está programada para abrir sus caminos el 29 de noviembre. Esta nueva vía promete facilitar el acceso a las costas oaxaqueñas, cambiando el panorama turístico regional.
Lizet Rojas, líder hotelera en Puerto Escondido, comenta que aunque es temprano para predecir cifras, la señal es clara: se espera un lleno total. Esto coincide con las palabras de Julián Herrera, delegado de la Secretaría de Turismo de Oaxaca, quien destaca que la oferta hotelera de la región es robusta, con más de siete mil habitaciones disponibles y una considerable cantidad de rentas vacacionales, como Airbnb.
Por otro lado, Huatulco también aguarda un incremento similar de visitantes. A pesar de la cautela en las predicciones y el reconocimiento de que Acapulco atrae a un público distinto, los hoteles de la zona se están ajustando a la nueva realidad y trabajan en coordinación con operadoras y cadenas para ajustar sus expectativas.
La situación se complica al considerar que muchos turistas pueden optar por apoyar a Acapulco reprogramando sus visitas en lugar de cancelarlas, como sugiere la experiencia reciente de la pandemia.
Aún así, con la naturaleza retándonos y la infraestructura abriéndonos nuevos caminos, Oaxaca se prepara para un cierre de año que podría marcar un antes y un después en su historia turística.