Por Juan Pablo Ojeda
Hace 66 millones de años, un asteroide impactó la región de Chicxulub en la península del Yucatán, desencadenando una extinción masiva que acabó con los dinosaurios no avianos, los pterosaurios, los ammonites y la mayoría de los reptiles marinos. Este evento, que marcó el final de la era Mesozoica y el inicio del Cenozoico, sigue siendo uno de los momentos más cruciales en la historia de la Tierra. Ahora, un nuevo estudio internacional ha proporcionado una visión más clara sobre la composición y el origen de este asteroide.
Composición y Origen del Asteroide
La investigación, liderada por el Dr. Mario Fischer-Gödde de la Universidad de Colonia y publicada en la revista Science, ha determinado que el asteroide que impactó en Chicxulub era de tipo carbonáceo, procedente de la órbita de Júpiter. Este estudio multidisciplinario, que involucró a científicos de Italia, Brasil, Suecia, Estados Unidos, Austria, Reino Unido, Dinamarca y Bélgica, ha resuelto un antiguo debate sobre la naturaleza del asteroide y ha ofrecido nuevas perspectivas sobre los eventos que moldearon la historia de la Tierra.
El análisis se centró en los isótopos de rutenio en muestras del límite K-Pg, la capa de sedimento que marca el evento de extinción. Al comparar estas muestras con meteoritos carbonosos y otros impactos de asteroides en la historia de la Tierra, los investigadores encontraron que las firmas isotópicas de rutenio coincidían estrechamente con las de las condritas carbonáceas. Esto indica que el asteroide de Chicxulub era un asteroide de tipo C, que se formó en el Sistema Solar exterior.
Impacto y Consecuencias
El asteroide, con un diámetro estimado entre 6 y 12 kilómetros, colisionó con la Tierra con una fuerza equivalente a 10 mil millones de bombas atómicas como las de Hiroshima. El impacto generó una explosión monumental y un gigantesco tsunami, con efectos devastadores que se extendieron por miles de kilómetros. Los sedimentos del límite K-Pg contienen altos niveles de elementos del grupo del platino (PGE), que son comunes en meteoritos pero raros en la Tierra, lo que refuerza la teoría del impacto.
Mientras algunos científicos han sugerido que erupciones volcánicas masivas en las Trampas del Decán podrían haber contribuido al evento de extinción, la composición de los PGE en las capas del límite K-Pg sigue apuntando al impacto de asteroides como la causa principal. El nuevo estudio descarta que el asteroide fuera un cometa, concentrándose en su origen en el Sistema Solar exterior.
Implicaciones para el Futuro
Este descubrimiento no solo proporciona una visión más detallada sobre el evento que cambió la vida en la Tierra, sino que también ofrece una nueva comprensión sobre los asteroides y su influencia en nuestro planeta. Los hallazgos podrían ayudar a mejorar las estrategias de monitoreo y prevención de futuros impactos de asteroides, así como a entender mejor la composición de estos cuerpos celestes que han jugado un papel crucial en la evolución de la vida en la Tierra.