Dejar de fumar es un desafío que enfrentan millones de personas en todo el mundo. A pesar de la disponibilidad de métodos como chicles, parches y medicamentos con receta, muchos fumadores, como Darius Cohen de Chicago, luchan por abandonar el tabaco de manera efectiva. Sin embargo, un nuevo fármaco llamado citisina, ya disponible en varios países europeos, está siendo estudiado en Estados Unidos con la esperanza de ofrecer una solución más eficaz y accesible para quienes desean dejar de fumar.
La citisina, un compuesto vegetal extraído del arbusto conocido como lluvia de oro o cítiso, ha sido utilizada desde 1964 en Europa del Este para tratar la adicción a la nicotina. A diferencia de otros tratamientos, la citisina se presenta en forma de pastilla y ha demostrado ser más de dos veces más eficaz que el placebo para ayudar a las personas a dejar de fumar, según un análisis de 12 ensayos controlados aleatorizados realizado en 2023. Este estudio también reveló que la citisina tiene una eficacia comparable a la vareniclina (Chantix) y supera a las terapias de sustitución de nicotina como los parches y chicles.
En Estados Unidos, la citisina aún no está disponible, pero una pequeña empresa de biotecnología está llevando a cabo ensayos clínicos con la intención de obtener su aprobación. Si se aprueba, la citisina sería el primer fármaco para dejar de fumar lanzado desde 2006. La FDA ha solicitado más datos de seguridad, lo que ha retrasado la aprobación al menos un año, pero el interés en este compuesto sigue creciendo debido a la alta tasa de recaída entre los fumadores y la insatisfacción con las opciones actuales.
Expertos como Jonathan Livingstone-Banks de la Universidad de Oxford y Nancy A. Rigotti de la Universidad de Harvard han destacado el potencial de la citisina como una herramienta accesible y eficaz para combatir el tabaquismo. Además, la citisina es más económica de fabricar en comparación con otros medicamentos, lo que podría facilitar su acceso a un mayor número de personas que buscan dejar de fumar.
A pesar de sus beneficios, la citisina no está exenta de efectos secundarios, como diarrea, que han llevado a algunos usuarios a abandonar su uso. Sin embargo, muchos han encontrado que los beneficios superan las molestias, como el caso de Mehmet Can Yalçın, quien dejó de fumar dos meses después de suspender el tratamiento.
Los ensayos clínicos actuales en Estados Unidos han mostrado resultados prometedores, con aproximadamente el 20% de los participantes que tomaron citisina dejando de fumar después de seis meses, en comparación con solo el 5% en el grupo de placebo. Estos resultados, junto con otros estudios que incluyen fumadores de cigarrillos electrónicos, sugieren que la citisina podría convertirse en una herramienta valiosa en la lucha contra el tabaquismo.
Aunque la citisina no es una panacea y dejar de fumar aún requiere fuerza de voluntad, su aprobación en Estados Unidos podría proporcionar una opción adicional y efectiva para millones de personas que buscan liberarse del hábito del tabaco.