Cuando piensas en Navidad, seguramente te viene a la mente la imagen de una hermosa flor roja adornando tu sala. Pero, ¿sabías que esa planta que todos conocemos como nochebuena tiene una prima salvaje que crece libremente en los bosques mexicanos? Así es, la nochebuena silvestre es toda una celebridad en el mundo botánico y está causando revuelo entre científicos y cultivadores por igual.
Imagínate paseando por la costa del Pacífico mexicano, desde Sinaloa hasta Guatemala, y de repente te encuentras con un arbusto de hasta 4 metros de altura, con hojas que parecen pintadas de rojo intenso. ¡Sorpresa! Acabas de topar con una nochebuena silvestre en su hábitat natural.
Esta planta, cuyo nombre científico es Euphorbia pulcherrima (que básicamente significa «la más hermosa»), no es solo un adorno navideño. Para los antiguos mexicanos, era una planta sagrada que adornaba los altares de la diosa Tonantzin. Hoy en día, sigue siendo un símbolo de la riqueza natural y cultural de México.
Aquí viene lo interesante: mientras que las nochebuenas que compramos en las tiendas son un poco delicadas (se les caen las hojas si las miras feo), sus primas silvestres son todas unas guerreras. Científicos mexicanos han descubierto poblaciones con superpoderes: algunas resisten mejor el frío, otras tienen flores blancas (¡imagínate eso en tu árbol de Navidad!).
Pero ojo, no todo es color de rosa (o rojo, en este caso). Menos del 20% de las poblaciones silvestres están en zonas protegidas. Es como si tuviéramos un tesoro en el patio trasero y no le estuviéramos poniendo candado.
Aquí es donde la historia se pone buena. Resulta que en 1994, una horticultora gringa se llevó unas plantitas de México con el cuento de que era para «investigación científica». ¿Y qué crees? Terminó dándole las semillas a una empresa que patentó un híbrido llamado Dulce Rosa. Mientras tanto, en México, la venta de nochebuenas genera unos 700 millones de pesos al año. Nada mal, ¿verdad? Pero agárrate, porque en Estados Unidos, una sola empresa se embolsa hasta 144 millones de dólares anuales con esta planta mexicana.
Los científicos mexicanos no se están quedando de brazos cruzados. Están estudiando la genética de estas plantas para identificar las poblaciones más valiosas y vulnerables. La idea es que los productores mexicanos puedan recuperar el liderazgo en el cultivo de esta planta que, después de todo, es tan mexicana como el tequila.
Así que la próxima vez que veas una nochebuena, recuerda que estás viendo un pedacito de la historia y la naturaleza de México. Y quién sabe, tal vez en unos años, esa planta en tu sala sea descendiente directa de una guerrera silvestre de la costa del Pacífico.