En su conferencia matutina desde Palacio Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador abordó un tema sensible: la posibilidad de enfrentar investigaciones una vez concluido su sexenio. Ante la pregunta directa sobre si recurriría a Claudia Sheinbaum Pardo, virtual presidenta electa, para que intercediera por él en caso de ser investigado por algún delito, AMLO fue enfático en su respuesta.
El presidente negó rotundamente que utilizaría su relación con Sheinbaum para deslindarse de posibles acusaciones: «No. Yo lo que estimo más importante en mi vida es la honestidad, no voy a contratar un abogado ni me voy a amparar. Ya eso lo he dejado de manifiesto, yo tengo mi conciencia tranquila.»
López Obrador reiteró su confianza en que no tiene «nada que temer», especialmente porque sabe que siempre contará con «el apoyo del pueblo». Esta postura refleja su firme convicción de enfrentar cualquier proceso legal que pudiera surgir después de su mandato, sin recurrir a influencias políticas para protegerse.
El presidente ha insistido en su compromiso con la honestidad y transparencia, principios que ha defendido durante su administración y que subraya como fundamentales en su vida personal.
Este pronunciamiento de AMLO surge en un contexto de transición política, donde la figura de Claudia Sheinbaum y su próximo rol como presidenta han generado especulaciones y expectativas sobre posibles dinámicas entre ambos líderes políticos.